Espanyol | Luto en el mundo del fútbol
El generoso vecino dejó huérfano el barrio de la 'Coope'
"Regalaba entradas a los niños"
José tiene 26 años y la mirada perdida. No habla. Sólo observa las paredes del bar Mi Kafe inquieto, buscando una salida, como si estuviese atado en el fondo de un mar cada vez más cercano y oscuro. Está ausente. Jugó con Dani Jarque de pequeño en las categorías inferiores de la Ciudad Cooperativa y la infancia es el paraíso de todo ser humano. Sus recuerdos son imborrables, como la pesadilla que ahora le persigue. Luego, la vida les separó por caminos distintos, pero cercanos. Hace dos meses, Jarque le llamó para que le hiciese una faenilla en su nueva casa de Castelldefels. "Le preparé una nueva habitación, le puse pladur y se la dejé lista... Era la de la niña".
El silencio es ensordecedor en la calle Primero de Mayo. José ahoga sus penas a escasos metros de donde vivía Jarque con sus padres antes de que cambiaran de domicilio. El barrio es pequeño, familiar, una mezcla arquitectónica forzada: de bloques altos y casas bajas. Un barrio que se hizo con urgencia. Las calles son estrechas, el sol arremete con fuerza pero hay ambiente entre unos vecinos que salieron de casa a comentar en sigilo y entre corrillos la trágica noticia. "¿Hoy no hacen un homenaje?", preguntó Rubén. "He estado de vacaciones y vengo ahora mismo. Esto ha sido muy fuerte. Jugué en el club y era nuestro ídolo. Esta camiseta me la regaló él, era una gran persona. Cada fin de semana acudía al Frankfurt Ramos -a menos de 100 metros del campo de fútbol- a regalar entradas para los niños. Llegó a dar hasta 50. Todos le adoraban".
Una mercería del barrio tiene en la puerta de entrada un cartel con la foto de Jarque y un enorme lazo negro. "No hacía ruido. Era sencillo. La fama no le volvió loco", dijo una. La dueña resumió el sentir de todos: "Jarque era un gran chico del barrio, un ejemplo".