El central de los seis años más intensos de 'su' Espanyol

La trayectoria de Dani Jarque (1983-2009) era la más brillante de la cantera perica desde la aparición de Raúl Tamudo. De hecho, el 18 de julio se produjo el relevo de capitanía. Natural del barrio de la Cooperativa de Sant Boi de Llobregat, donde aprendió a jugar idolatrando a Fernando Hierro, con 12 años dio el salto al Espanyol. Los primeros meses ocupó el banquillo y pensó que lo iban a echar, pero tuvo paciencia -la clave de su posterior éxito- y comenzó a ser prometedor.

Desde los 15 años se convirtió en un asiduo de las convocatorias de las categorías inferiores de la Selección española (fue campeón de Europa, con la Sub-19). Un año antes, ganó la Copa del Rey de juveniles, con su entrenador preferido, Tintín Márquez, y ante el Real Madrid. Ese partido se le quedó grabado a fuego, como el debut en Primera, el 20 de octubre de 2002, con Ramon Moya de técnico y en un Espanyol-Recreativo (sustituyó a Domoraud en el 81').

Jarque vivió su eclosión con Miguel Ángel Lotina (04-05). Llegó a jugar de lateral derecha y de mediocentro hasta que, con el tiempo, se convirtió en el relevo de Mauricio Pochettino en el centro de la defensa. Jarque cogió peso en el equipo con Ernesto Valverde y fue clave en la consecución de la Copa del Rey (2006), del subcampeonato de la Copa UEFA (2007) y de las continuas salvaciones agónicas que ha vivido el equipo. Su gran rendimiento le llevó a llamar a las puertas de la Selección absoluta en algunos momentos.

Amante del submarinismo y de la pesca, Jarque contenía los valores primarios del club. El sábado se paró su corazón. También el del españolismo.