Amistoso | Real Unión 2 - Racing 0
Les perdió la cabeza
El Racing cae en Irún con dos goles en sendos córners.
No es época de juicios sumarísimos, pero el Racing tiene un problema: el juego aéreo. Ayer cayó ante un segunda tras encajar dos tantos a balón parado. El primero (obra de Karanka) estuvo acompañado, además, de una esperpéntica cantada de To y el segundo fue merced a un gran cabezazo de Markel. Algo que desnuda a la defensa cántabra y marca el camino a seguir para los que elaboran esos didácticos y variados vídeos que luego muestran editados a la plantilla para corregir defectos.
La próxima grabación ya tiene título: "Prohibido dejar rematar haciendo la estatua". Y a la clase no deben faltar Oriol, Morris y quien se quiera apuntar. Sin embargo, obviando el amistoso resultado y poniéndonos las lentes de entrenador, se pueden rescatar cosas positivas del partido del Racing en Irún. Una de ellas fue ver que el equipo de Mandiá no va a echar de menos a Garay. Si Torrejón gustó en Oviedo, Morris mejoró sus prestaciones en el Stadium Gal. Alto, no es, pero recupera, salta y corta como un Kaiser. A la buena actitud del central surafricano se unieron las correctas maneras en el medio del canterano Dani Álvarez y, para colmo, hubo una conexión entre Geijo y Munitis que pronto podría suponer un gran flechazo.
Lo demás fue lo esperado. Poco toque y mucha brega. El nuevo Racing presiona a partir de tres cuartos de campo y se envalentona cuando el rival cae a una banda. Aún así, tanto mecanismo táctico no le da para hacer daño cuando el adversario pone en juego las mismas artimañas. Ayer, el correoso Real Unión regaló la posesión y el Racing no la quiso. El conjunto vasco fue al choque y el verdiblanco (ayer azulgrana) se lo pensó. Los de Iñaki Alonso compitieron por la zona de rechace y los de Mandiá ni se presentaron a la pelea.
Intentos fallidos.
En ataque, Toni Moral se fajó como siempre, pero pegado a la izquierda lo tendrá crudo mientras Serrano siembre esa parcela. En la opuesta, Arana no dio señales de vida en la primera parte y justificó su desplazamiento en autobús con un par de buenos centros en la segunda. Nada más. Tiene talento, aunque esta vez se mostró demasiado perezoso.
Aunque el Racing no marcó, pudo hacerlo. Y eso, con Zigic y Pereira en el Mediterráneo, no es malo a estas alturas. Juanjo fue el que disfrutó de las mejores ocasiones. Al de Ontaneda se le vio con hambre y sólo la fortuna le impidió mandar algún mensaje a sus detractores. Que, salvo fuera de casa, los tiene. Ahora, tras la tercera derrota del verano, el Racing debe encontrar cuanto antes su identidad. Aún es verano, lo s pero el Getafe llega antes de lo que a muchos gustaría.