Prestigio internacional

Dicen que en Liverpool hay más aficionados del Everton que de los 'reds'. Esta es una ciudad que en su día acusó negativamente la reconversión industrial y que sobrevivió gracias a sus dos grandes equipos y al eterno recuerdo de Los Beatles. Hasta mediados de los años 60 del siglo pasado, el Everton era el primer club de la ciudad del Mersey hasta que Bill Shankly transformó al Liverpool en una máquina de ganar títulos. Pero el Everton es un grande. Y es todo un honor que se haya acordado del Málaga para jugar nada menos que su partido de presentación. A esto se le llama prestigio internacional. Como curiosidad les diremos que los aficionados del Liverpool y del Everton no se tienen tirria. A su derbi se le llama el clásico amistoso. Su común y odiado rival es... el Manchester United.

Ocasión de lujo para ver al nuevo Málaga de Juan Ramón Muñiz, que lleva diez fichajes. Y como tal consideramos a Albert Luque debido a lo mucho que trabajaron Fernando Sanz, su director deportivo Ricardo Rodríguez y sus colaboradores para doblegar la tozudez del Ajax. Esta noche no le veremos porque Muñiz prefiere guardarle. Tampoco va a jugar Mikel Arteta, que sigue recuperándose de su gravísima lesión de ligamentos. Por cierto, quieren que para 2010, se nacionalice inglés cuando complete sus primeros cinco años de residencia en las Islas Británicas.

Para el técnico malaguista será una ocasión más que privilegiada para ir viendo la solvencia de Stepanov y cómo se complementa con sus compañeros de la defensa; Juanito en su vuelta y en plena madurez como futbolista; Forestieri y su talento (dicen que su fútbol es muy anejo al de Messi); Valdo y su elegancia en banda; Jordi Pablo y su explosividad; Munúa y sus ganas de decir "señores, aquí estoy yo"; Xavi Torres, adalid de la exquisita escuela blaugrana y el danés Mtiliga, potencia y disciplina.

Por cierto. El Málaga estrenará hoy una nueva, revolucionaria e impactante camiseta...¡naranja! Quienes la han visto dicen que es muy bonita. El club no tiene previsto comercializarla, pero cuando vea los resultados, no es descabellado pensar que puede, perfectamente, ponerla en el mercado como rutilante tercera equipación. Gustará.