Después de dos partidos de la Copa de la Paz, saldados con una victoria frente al Aston Villa y una derrota ante el Atlante, el Málaga volvía jugar un amistoso contra un equipo, el inglés, muy rodado y preparado, y donde el objetivo, además de ver las evoluciones del centrocampista tunecino con pasaporte francés Selim Benachour, está a prueba, ofrecer minutos a todos los jugadores.

El conjunto inglés no alineó a una de sus estrellas, el vasco Mikel Arteta, lesionado, al igual que Yakubu, Jagielka y Anichebe, aunque presentó un once en el que destacaban el defensa Neville o el ex delantero del Manchester United Saha.

El Málaga empezó el partido mandando y controlando el centro del campo. El Everton se vio sorprendido por el comienzo tan fulgurante de los malaguistas que tuvo algún problema para solventar una ocasión de José Juan Luque, que lanzó fuera y otro lanzamiento de Edu Ramos dentro del área, que repelió un defensa cuando el balón iba dentro de la portería de Howard.

El Everton dejó pasar los minutos defendiendo su área hasta que empezó a correr por las bandas. Tanto Osman como Fellaini, superaban a sus defensores Mtiliga y Manolo. Osman avisó con un disparo que no entró por muy poco en el minuto 12. Tres minutos después, una jugada por la izquierda de Fellaini, cuyo centro no despejó el guardameta Munúa y Saha, sólo tuvo que empujar el balón.

Dos llegadas y un gol. El Málaga se había difuminado completamente. Era tal el enredo en el que estaba, que otra nueva acción por la izquierda fue aprovechada por Osman, para conseguir el segundo gol en el minuto 18.

El encuentro bajó algo en intensidad. El Everton cogió aire y el Málaga tímidamente intentaba acercarse con peligro a la portería contraria. El conjunto inglés controlaba y esporádicamente volvía a mostrar su peligrosidad, sobre todo Saha.

El Málaga sólo hizo dos cambios tras el descanso, el central serbio Stepanov y el delantero italoargentino Forestieri, que fue quien inició una jugada cortada en falta por la defensa del Everton. José Juan Luque, acortó diferencias con un gran gol desde más de veinticinco metros que entró por toda la escuadra.

La velocidad de Forestieri revolucionó el partido para el Málaga, que dominó más que el Everton en la segunda parte. El técnico del Málaga, Juan Ramón Muñiz, a medida que iban transcurriendo los minutos cambió el once por completo, a excepción del guardameta uruguayo Gustavo Munúa, y demostró que tiene un equipo correoso, duro y difícil de doblegar.