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Liga BBVA | Racing

El Racing se financia con las ventas al contado

En El Sardinero siempre remarcan que no tienen ninguna deuda bancaria. Hacen de la necesidad virtud. Ninguna entidad financiera le da créditos ni le descuenta pagarés. La liquidez la ha logrado por sus propios medios, negociando con dureza: sólo traspasa si hay dinero sobre la mesa.

<b>EL ÚLTIMO PELOTAZO. </b>Pernía y Bedoya con Ibáñez, agente de Marcano, celebrando la venta de Iván.
Nacho Cubero

Dicen que el mejor negocio de las grandes superficies es el manejo de los tiempos con el dinero ajeno. Compran a 90, 120 o, incluso, 180 días y, en cambio, venden, cada vez que el cliente pasa por la caja, al contado. Francisco Pernía, cocinero antes que fraile (nunca mejor dicho), lo tiene bien asumido desde sus tiempos de vendedor de Cava catalán. La clave no es sólo de quién es el dinero, sino, también, de quién lo tiene.

Ante la absoluta falta de crédito por parte de los bancos tanto en el adelanto de dinero como, lo que indigna más en el club, en el descuento de pagarés ajenos, la situación de tesorería ha sido permanentemente agónica en las arcas verdiblancas. En otros lares, cuentan, los bancos y, sobre todo, las cajas de ahorro dan a sus clubes un trato diferente. Sólo la firmeza y la habilidad a la hora de comprar y vender futbolistas ha permitido a los verdiblancos ir salvando la situación.

A lo largo del año trascurrido de verano a verano, el Racing ha puesto como condición sine qua non para vender un futbolista la de cobrarlo al contado. Y lo ha conseguido en todos los casos salvo uno: el de Jorge López. Por acceder a hacer un favor a un futbolista que suplicaba el último día de plazo que le ayudaran a aprovechar la oportunidad de su vida (5,1 millones de euros en tres temporadas), fueron engañados por el Zaragoza. Admitieron negociar un traspaso en vez de exigir el pago de la cláusula de rescisión, con la condición de cobrar los tres millones a lo largo de dos meses. No fue así. Tardaron seis meses en cobrar el IVA y apenas medio millón del montante del traspaso. El resto, a día de hoy, ha tenido que ser renegociado en pagarés que aún no han vencido. El resto de las ventas, al Real Madrid, Sevilla, Rubin Kazan y Villarreal, han sido pagadas con absoluta seriedad.

Una fortuna.

La venta de Ezequiel Garay es un pelotazo de libro: 10 millones al contado y, además, el futbolista se quedó un año cedido en Santander. Todavía existe la posibilidad, aunque cada vez más remota, de que vuelva de la misma manera. El rosarino y el Racing, no obstante, están convencidos a estas alturas de que se quedará con Pellegrini.

El siguiente en rellenar las arcas fue Duscher. Mucho costó vencer las reticencias de José María del Nido a pagar al contado. La petición de su entrenador de que le ficharan al argentino y el precio, dos millones, es una ganga para un jugador de su talla. Le convencieron. Otros dos pagó, también al contado, el Rubin por Navas mientras que el Villarreal abonó, con un pequeño plazo de cortesía de tres semanas, el traspaso de Marcano. A diferencia del Zaragoza, el submarino amarillo acabó el 31 de julio de pagar hasta el último euro.

Por contra, los fichajes que hace el Racing son todos a plazos. Todavía se están pagando cuotas por Zigic, Tchité, Smolarek o Gonçalves, por ejemplo. Todos los de esta temporada han llegado igual: el que más pronto se pagará en el plazo de un año. Y así llegarán, si llegan, los demás refuerzos.