El pasado 8 de noviembre el tobillo derecho de Iñigo Díaz de Cerio quedó colgando de los ligamentos. La tibia y el peroné se habían fracturado con estrépito. Los gestos del jugador lo decían todo. Se había roto para un largo tiempo. Iñigol, con el rostro desencajado, pedía asistencia con urgencia. Ahora, cuando hablas con él, dice que no tenía dolor, que si gritaba era por la impresión de ver el tobillo desplazado y porque era consciente de que tenía una avería para tiempo. Si echa cuentas le saldrán ocho meses, que es lo que ha tardado en volver a un terreno de juego.
El de Añorga regresó ayer en el partido del Centenario del Arenas. Jugó la segunda mitad al completo. Saltó al campo en sustitución de Ion Vélez, jugueteó un poco con el balón con su buen amigo Gabilondo y empezó a porfiar con los defensas locales.
Tuvo que ir una vez al suelo y en la grada hubo una colección de miradas. ¿Retirará la pierna?, pensaban. No lo hizo; metió el pie hasta el fondo. Después, estuvo cerca del gol en un remate a un suspiro del final que se fue desviado por poco y participó en el gol de Iturraspe, con una asistencia.
Un mes más.
Dejó buenas sensaciones, aunque también la evidencia de que su vuelta para un partido oficial tendrá que esperar al menos un mes más. Hay síntomas de la inactividad en sus gestos, pero nada que no curen los entrenamientos y las palizas físicas a las que se somete cada día. Iñigol empieza a ver cada vez más cerca el final del túnel. Seguro que los médicos que le han tratado este tiempo también estuvieron satisfechos. Los del Athletic y los de la Real.
Díaz de Cerio no fue nada egoísta con su primera camiseta como rojiblanco. Se la pidió Gorka, el único jugador del Arenas que disputó los noventa minutos, y el delantero no tardó ni veinte segundos en entregársela.
Iñigol, otra vez vestido de txuriurdin
El pasado mes de noviembre la pierna derecha de Iñigo Díaz de Cerio se fracturó por la tibia y el peroné. Fue su último partido como jugador de la Real. Y claro, lo jugó vestido de txuriurdin. Quién le iba a decir entonces que ocho meses después, con el Athletic, iba a volver a vestir los colores de su antiguo club. Fue así porque el Athletic, igual que ocurrió ante el Young Boys, jugó con su segunda equipación. Así que Iñigol disputó sus primeros minutos como jugador del Athletic vestido de azul y blanco. No marcó. El gol que festejará su fichaje por el Athletic será con la camiseta rojiblanca y con el 23 a la espalda. Ayer, por eso de que no era un partido oficial, jugó con el 15.
