Peace Cup | Real Madrid 1 - Juventus 2
¡Qué cruz el balón parado!
Dos despistes condenaron al Madrid. Cannavaro abrió el marcador con un cabezazo. Cristiano volvió a marcar de penalti y después dio el susto.
Pues a mí el Madrid no me desagradó. Le falta, claro. Sobre todo atrás y volveremos sobre ello. Pero llevó el paso del partido, estuvo en conjunto mejor que hasta ahora. Buscó. Intentó. Dejó cosas. Granero, el que más. Dejó hasta el susto de la noche cuando el tal Grygera le dio una patada a Cristiano que pudo mandarle al hospital. Tras unos instantes de inquietud por sus gestos de dolor, el portugués volvió cojeando y retando a media Italia. Ganó la Juve a lo Juve. Aprovechando las gangas que el Madrid le puso en bandeja. No le supera en fútbol, pero se pinta sola últimamente para ganarle.
Y sí Houston, el Madrid tiene un problema. Que no es de ahora, precisamente. No es nada solvente defendiendo el balón parado y así le ganaron ayer. Dijo Guti al final que un equipo como el suyo no se puede permitir el lujo de encajar goles así, un día sí y al otro, un par de ellos. Anoche con dos cabezazos casi calcados de dos defensas. El primero, nada más empezar, de Cannavaro: en tres años de blanco sólo metió un gol en la Supercopa de 2007 ante el Sevilla, hay que jorobarse. Mejor que él, nadie para saber dónde le duele al Madrid atrás. Tuvo la decencia de no celebrar el gol. Ni de reírse.
El segundo fue de Salihamidzic, viejo enemigo en sus tiempos en el Bayern, al saque de un córner. Cruzó el área como Pedro por su casa buscando el primer palo y remató con una comodidad inaceptable ni un 31 de julio. Pasó también nada más volver del descanso. Falta de tensión, de contundencia y de habilidad para hacer frente a una jugada prehistórica: el pelotazo bien puesto a la olla. Ahora mismo lo más preocupante en defensa para Pellegrini: lo mismo le pasó ante Liga de Quito y Al Ittihad. No es casualidad, por tanto.
Siempre a remolque.
Verse por debajo en ambos tiempos obligó al Madrid a un esfuerzo extra que acabó nublándole la vista ante una Juve que estuvo prácticamente siempre por delante y eso le gusta más que a un tonto un lápiz. Y está más rodada y con más titulares que este Madrid que fue mejor la primera parte que la segunda, sin duda porque entonces estaba más entero. A su fútbol no le vino bien, además, la playa que es ahora el Pizjuán. Lo replantaron nada más acabar la Liga y de momento está más cerca de Maestranza que de un campo de fútbol. Pese a ello acabó empatando por el penalti que Chiellini le hizo a Raúl y transformó Cristiano. Justo premio a su mejor fútbol. Con el 1-1 pareció que el Madrid había superado lo peor, pero el despiste nada más volver del largo intermedio (se lesionó y retiró el árbitro sueco), resultó fatal.
Y aunque buscó el empate (Raúl tiró al palo y luego lo hizo Tiago) no lo logró. Pero dejó una mejor idea de conjunto, de lo que le debe estar pidiendo su entrenador. Es un equipo en transformación, lo que se dice químicamente puro, y no le dio para superar a esta Juve que confirmó que es un buen equipo. Su reflexión es clarísima, no obstante: con lo que tiene ahora mismo arriba, y con lo que tendrá, es imprescindible que cierre filas atrás y todavía no lo hace. Cuando lo consiga será otra historia. Esa es ahora mismo su asignatura pendiente.