El Madrid claudica a balón parado

El Real Madrid no pudo lograr el billete para la final de la Peace Cup al perder su primer partido ante la Juventus de Turín por un gol a dos. Todos los goles encajados por el conjunto de Pellegrini en la pretemporada han llegado en jugadas del mismo tipo, jugadas a balón parado. Cannavaro adelantó al conjunto italiano a los tres minutos del comienzo, Cristiano empató por medio de un penalti cometido sobre Raúl antes del descanso y Salihamidzic anotó el gol que obliga al Madrid a conformarse con disputar el partido por el tercer y cuarto puesto ante el Oporto. Juventus y Aston Villa son los dos finalistas del torneo.

El enfrentamiento ante la Juventus de Turín de Cannavaro y Del Piero era la primera prueba de fuego para el Real Madrid de Cristiano. Tras varios partidos ante rivales de menor entidad en los que el equipo evidenció una mejora continua, llegaba el primer choque válido para sacar conclusiones. Era el momento de que Cristiano justificara la cantidad pagada por su traspaso, el momento de que Benzema demostrara que el idilio con el gol que le ha catapultado al club blanco no era cosa de un día y, sobre todo, era el momento de que el equipo mostrase los primeros síntomas evidentes de que el sistema de juego que busca implantar Pellegrini, basado en la velocidad en la conducción y la verticalidad, comienza a ser asimilado por el grupo.

Real Madrid y Juventus saltaron al césped con todo lo disponible, conscientes de que un enfrentamiento entre ambos jamás puede ser calificado de amistoso. Casillas, Ramos, Albiol y Kaká fueron, una vez más, las únicas ausencias blancas debido a su poco rodaje con el equipo tras la disputa de la Copa Confederaciones. La inclusión de Granero y Raúl desde el inicio fueron las grandes novedades del once titular puesto en liza por Pellegrini y que estuvo formado por Dudek; Torres, Pepe, Metzelder, Drenthe; Lass, Guti, Granero, Cristiano, Raúl y Benzema. Una sobrecarga muscular no permitió al conjunto italiano contar con su fichaje estrella, el brasileño Diego.

A pesar de la dificultad del partido, el Madrid decidió complicarlo aún más en los primeros minutos concediendo el cuarto gol a balón parado de la pretemporada. Antes de que los espectadores presentes en Nervión tomasen asiento, un saque de falta desde banda izquierda de Del Piero fue rematado a gol por Cannavaro, totalmente libre de marca. El tanto recibido y la asfixiante presión con la que la Juventus no permitía jugar al conjunto blanco pudo dejar el partido resuelto antes del cuarto de hora. Tan sólo la mala finalización de los ataques italianos permitió al Real Madrid seguir vivo en el encuentro.

Le costó, pero el Madrid acabó entrando en el partido y comenzó a acercarse a las inmediaciones del área rival. Allí le esperaba, como no, una experimentada zaga italiana que hizo las veces de muro y repelió con solvencia todos los intentos madridistas por lograr la igualada. Tan sólo Guti logró penetrar en la tela de araña tejida por Ferrara, pero Buffon le adivinó la intención en el mano a mano. Con el Madrid volcado y la Juventus intentando sentenciar a la contra, llegó la jugada que cambió el partido. Chiellini derribó a Raúl dentro del área y Cristiano se encargó de devolver las tablas al marcador ejecutando a la perfección la pena máxima.

Dejando a un lado el despiste inicial, los jugadores merengues se marcharon a los vestuarios venciendo a los puntos a un rival que perdonó lo imperdonable. La profundidad en ataque y la atención en la zona defensiva fueron las dos asignaturas pendientes que se llevaron al vestuario los de Pellegrini. La cara del técnico chileno evidenciaba que su Real Madrid no carburaba como él pretendía.

El Madrid vuelve a salir dormido

El comienzo de la segunda mitad fue lo más parecido a una terapia regresiva para el Real Madrid. El conjunto madrileño volvió a saltar al césped dormido y volvió a tropezar en la misma piedra. Un nuevo fallo de marcaje en una jugada a balón parado sirvió a Salihamidzic para adelantar de nuevo al conjunto italiano. Cinco goles recibidos en pretemporada, cinco goles recibidos a balón parado. Se repitió el mismo guión, gol en contra y el Madrid volcado a por la remontada.

La mala fortuna de cara a portería de Benzema y Raúl, con disparo a la madera incluido, provocó que Pellegrini moviera ficha desde el banquillo para retirar a los dos delanteros titulares y dar entrada a dos hombres de refresco, Higuaín y Negredo. Pero con el transcurso de los minutos el conjunto madridista comenzó a notar el mayor desgaste físico provocado por una mayor posesión del balón durante el partido. La mayor entereza física y la buena colocación sobre el campo permitió al conjunto italiano administrar el encuentro a placer hasta el pitido final que le colocaba en la final de la Peace Cup, donde se enfrentará al Aston Villa inglés, que venció por dos goles a uno en la otra semifinal del torneo.

El Real Madrid de Pellegrini se mostró más entonado físicamente que en partidos anteriores, pero el equipo no acaba de asimilar definitivamente el nuevo estilo de juego que desea imponer el técnico madridista. Los despistes defensivos acabaron costando caro a los blancos, que se conformarán con disputar el partido por el tercer y cuarto puesto el próximo domingo ante el Oporto.