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Peace Cup | Málaga 1 - Atlante 3

El Málaga, fulminado

El Málaga perdió contra un ofensivo Atlante y se queda matemáticamente eliminado de la Peace Cup... Místico Pereyra fue un torbellino. Los blanquiazules, muy cortos de preparación, esperan como el comer la llegada de los fichajes que complementen la base que ahora tiene.

<b>UNA LÁSTIMA. </b>José Juan Luque, el mejor del Málaga, lucha por un balón.
mariano pozo

El Atlante se la lio al Málaga. Con una exquisita puesta en escena y un valiente planteamiento ofensivo, tres delanteros, destrozó a los blanquiazules con un trío de fogonazos de su artillería pesada. El Místico Pereyra (suponemos que el mote le vendrá por la imprevisible magia de su concepto futbolístico) inauguró el marcador. Siete minutos después, José Juan Luque puso las parciales tablas en el electrónico tras culminar con su excelsa pierna siniestra una buena contra llevada por Valdo.

Pero los mexicanos, más rodados, fueron a por el partido. Un disparo desde fuera del área de Rafael Márquez (nada que ver con el del Barcelona) no muy fuerte, pero extraordinariamente colocado, puso en ventaja a los aztecas. Arnau pudo haber hecho más. La sentencia llegó pocos minutos después con una soberana volea de Bermúdez, que se encontraba justo en la esquinita del borde del área. El gol mató a los blanquiazules que han perdido los 500.000 euros que se llevaría para la buchaca el semifinalista. Ha quedado eliminado. Pero esto no ha hecho más que empezar, Juan Ramón Muñiz necesita como el comer ir acoplando a sus refuerzos. Al menos, lo positivo es que este Málaga sí sabe a lo que juega y lo que quiere... pero está muy corto. Normal. El Atlante, con Santi Solari, que salió en el segundo tiempo, causó una inmejorable impresión.

Muñiz realizó una serie de cambios en relación con el partido contra el Aston Villa. Debut de Valdo. Lógicamente se encuentra muy lejos de su mejor forma. Por lo menos se ve que puede aportar. Excelente su acción en la jugada que valió el tanto de Luque, quien además mostró su calidad en todo tipo de jugadas a balón parado hasta que se desfondó. Primeros minutos para Nabil Baha quien, como siempre, se mató por el equipo. Cositas de David Rodríguez, lento, pero técnico y seguro; minutos para Pere Martí. Buenas maneras de Edu Ramos y algunos destellos de Portillo. Es lo positivo que se puede entresacar de un partido donde el Málaga pagó su poca contundencia atrás.

¿Lo negativo? Habrá que hablar de la organización. ¡Un desastre! Y la pobre entrada. 2.000 personas son muy pocas para un partido de estas características. No es que el Málaga no despierte pasiones, que las despierta. Es que pagar 70 eurazos por la entrada más cara y 25 la más barata es demasié para el cuerpo. Por lo demás, el espectáculo ha merecido la pena... aunque no el resultado. Místico Pereyra, que fue designado por la organización como el mejor jugador del partido, puso gotas de calidad en un partido que supone el adiós del Málaga de esta sobrevalorada y demasiado rutilante Peace Cup. Por lo menos se acordaron del Málaga los organizadores. No está mal.