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Liga BBVA | Espanyol

Roncaglia está al caer y la cantera, al poder

Una revisión en la rodilla derecha mandará esta mañana a Guillem Savall a Barcelona. Problemas en el momento menos oportuno. Él y Víctor Ruiz son el futuro en materia de centrales, pese al principio de acuerdo del club con Roncaglia, que hoy podría ser fichado.

Savall y Víctor Ruiz están tranquilos: "Nuestro lugar, ahora, es el B".

Un día entero de negociaciones, de contactos telefónicos y una conclusión: ya hay principio de acuerdo. Facundo Roncaglia debe estar de los nervios, esperando a que se certifique su préstamo al Espanyol por una temporada. La sintonía entre las directivas es evidente, el acuerdo con el futbolista, total, pero el miedo a precipitarse hace que todo se tome con más tranquilidad. Lo dicho en los últimos días: las cosas parece que se están haciendo mejor, sin duda.

Mientras se oficializa el futuro del polivalente defensa argentino (puede actuar tanto en el eje de la zaga como en la banda derecha), en Peralada Mauricio Pochettino sigue con su habitual rutina de cada día, sólo rota durant de cada día, sólo rota durante el asueto del domingo pasado. Intensas sesiones, palizas físicas y una rigidez necesaria para marcar el camino en todos los sentidos. Dentro del grupo de jugadores hay dos que destacan; no porque sean más altos o más bajos, más guapos o más feos, pero sí por una simple razón: los dos se incorporaron más tarde a la estadía, ambos son defensas y nacieron en 1989.

Otra circunstancia une a los dos. Juegan de centrales y la pasada temporada fueron el eje elegido por Josep Clotet en el filial (mientras las lesiones lo permitieron) para regresar a Segunda B. Víctor Ruiz es casi medio año mayor que Guillem Savall, un tipo tan risueño en la calle como contundente cuando se calza las botas. El primero es más tímido, o eso aparece, pero cuando sale a jugar, es seguro y fiable.

Competencia. Ante la petición de Pochettino de traer un central para cubrir las ausencias de Marc Torrejón y Sergio Sánchez, Víctor y Savall callan. "¡No faltaría más!", exclaman mientras se frotan los gemelos, posiblemente algo cargados tras varios días moviéndolos sin parar. "El ritmo que tenemos no es nada comparable al del filial", argumenta Ruiz, mientras Savall, sincero, apunta que "es otro mundo: tenemos más comodidades, todo es más elitista y tienes la sensación de que si cierras los ojos un segundo, te pasa el tren de largo y ni lo ves".

Roncaglia les saca sólo tres años de edad, está listo para dar el salto a Europa y tendrá como meta que los blanquiazules acaben ejecutando la cláusula de recompra, si es que se cierra la operación. ¿Son más valientes entonces en Argentina que en España los técnicos? "No creo que se trate de eso; aquí estamos para aprender, para buscarnos la vida, aunque somos muy conscientes que nuestro lugar está la próxima temporada en el filial, después de un retorno costoso, pero eficaz", dice Savall, mientras con la mirada busca la complicidad de su compañero.

"Lo que queda claro es que el Espanyol sigue manteniendo la filosofía de cantera. Cada año salen jugadores interesantes. Miren el caso de Javi Márquez: el año pasado jugó con nosotros en Tercera y ahora ya tiene ficha profesional. ¿Que por qué acostumbran siempre a salir centrales? Será sólo casualidad", responden con la soltura habitual de la juventud.

Ellos encarnan la nueva generación de futbolistas. En pocos días se les unirá Óscar Sielva, eliminado ayer con la Sub-19 del europeo de Ucrania.

El susto. Es lo que tiene en el cuerpo Savall. Por la mañana tenía una pequeña molestia en la rodilla; por la tarde le dijeron que hoy viajara a Barcelona para realizarle una exploración. Es un tipo con suerte y todo quedará en mera rutina, ya verán. Y si no, volverá a levantarse.

Guillem es fuerte en todos los sentidos. Se lastimó el hombro hace un par de años y Clotet alucinó con su entrega para volver a jugar. Él y Víctor Ruiz esperan a ver cómo acaba la cesión por parte de Boca con Roncaglia, que está al caer a falta de oficializarse, eso sí, con la cantera al poder.