Liga BBVA | Zaragoza
Zapater se despide del Zaragoza
Alberto Zapater se despidió hoy, con voz entrecortada, del Real Zaragoza, club en el que ha militado doce años, sin una mala palabra, a pesar de haberse visto forzado a marcharse al Génova italiano.
El centrocampista de Ejea de los Caballeros se vio embargado por la emoción, aunque supo controlarla a duras penas durante los trece minutos de su comparecencia ante los medios informativos, en su despedida de la afición zaragocista en la que estuvo acompañado por el presidente ejecutivo del Real Zaragoza, Eduardo Bandrés, y por el máximo accionista, Agapito Iglesias, que le hicieron entrega de un simbólico brazalete de capitán.
En todo momento, recordó su zaragocismo que es "difícil de explicar" y le hace pensar en él incluso "cuando me voy a la cama", a la vez que aseguró que en su mente siempre ha tomado como espejo a dos mitos del Real Zaragoza, Xavier Aguado y José Luis Violeta, los dos jugadores que más partidos han vestido la camiseta zaragocista en su historia y a los que le hubiese gustado equipararse.
"No hay palabras para describir cuando un campo se despide de ti cantando Zapater te quiero y no tendré días para agradecer todo el cariño que me han dado", dijo el capitán zaragocista.
Dio las gracias a sus padres, tíos -con los que ha vivido en la capital aragonesa desde que fichó en categoría infantil por el Real Zaragoza-, hermano, novia y amigos, porque "no es fácil aguantar a una persona como yo porque no es oro todo lo que reluce".
Tras cinco años en la primera plantilla del Real Zaragoza, con el que ha disputado 207 partidos oficiales entre las diferentes competiciones, afirmó que cada año ha tenido sobre la mesa diferentes ofertas para marcharse e incluso pudo hacerlo el pasado mes de diciembre pero "no tendría la conciencia tranquila si el equipo no hubiese vuelto a Primera".
Aunque los aficionados le han recordado en numerosas ocasiones que "ha dado mucho" al equipo aragonés, Zapater afirmó: "El Zaragoza me lo ha dado todo a mí".
Al respecto de un hipotético regreso no lo dijo abierto pero fue elocuente: "me cuido y tengo veinticuatro años".
También mostró su cara ambiciosa al señalar que "el día que no quiera ganar" se quedará "en casa" y a su nuevo club, el Génova, le promete la misma entrega, honestidad y lealtad con la que ha defendido la elástica blanquilla porque "hay gente ha apostado muy fuerte" por él.
"A partir de ahora seré uno más, porque es una oportunidad diferente y bonita y ahora empieza otro reto en mi vida y también espero disfrutar del fútbol", afirmó.