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Liga BBVA | Real Madrid

El jugador está hundido y ayer se refugió en su casa

AS llamó a su puerta y se negó a dar explicaciones.

M. R.
<b>Con la familia. </b>Ribéry pasó la tarde en su casa de Múnich.

Los últimos acontecimientos han dejado a Ribéry bastante tocado. Primero tuvo que someterse a las pruebas médicas ante la incredulidad de sus dirigentes. Luego, la reunión entre Migliaccio y el Bayern en la que le volvieron a reiterar que no le venden y, por último, la obligación de viajar al stage aun estando lesionado y pendiente de su futuro.

AS encontró la casa donde vive el crack, en un tranquilo pueblo a 12 kilómetros de la ciudad deportiva. Una especie de barrio de alto nivel lleno de chalets de lujo. Desde fuera del recinto, entre los abetos que delimitan la finca, intuimos la figura de su hija, que juega en el jardín. Dentro se oye un murmullo de conversación que se detiene en seco cuando tocamos el timbre.

"¡Papá!". La pequeña llama la atención del padre sobre la visita. Una cortina se mueve tímidamente y desde dentro aparece una figura femenina que mira hacia afuera. Es la mujer de Ribéry. El jugador alza la voz. Se escuchan gritos de disconformidad, pero la mujer parece poner orden y la puerta de la entrada se abre. Es el cuñado, que le hace las veces de chófer en ocasiones. "Franck no quiere atenderos. Tenéis que entenderlo". ¿Va a ir al stage? "No lo sabemos...". Mañana podría haber sorpresa una vez más.