Se tensó la cuerda en el asunto Xabi Alonso y se rompió. A día de hoy, el Real Madrid mantiene un impass sobre la posibilidad de fichar al centrocampista del Liverpool pese a que el club inglés estaba receptivo a una oferta superior a las dos realizadas hasta ahora. El Madrid hizo una primera de 24 millones y una última de 27, en un fax que contaba con la condición de que se aceptara antes del pasado jueves. El Liverpool esperaba otra llamada con una nueva proposición, pero el Madrid confiaba en que esos millones eran suficientes y no está dispuesto a subir de 27 millones. El tema está bloqueado y podrían buscarse otros objetivos.
Pero el Madrid aún confía en que el Liverpool entre en razón, porque Xabi sigue siendo su primer objetivo. De hecho, los reds podrían dar el OK si la oferta subiese a 35. No obstante, el club español se siente "insultado" por la valoración del futbolista en 47 millones de euros realizada por el director general de los ingleses, Christian Purslow. Por otro lado, en Anfield consideran que esa cifra no era más que la respuesta orgullosa de un club que en principio no quería vender a una de sus estrellas y también un precio que se corresponde con otras adquisiciones galácticas realizadas por el Madrid. Así pues, y pese a las conversaciones fluidas que han mantenido ambos clubes, hay pocos puntos de encuentro.
Las fuentes de la negociación más optimistas aseguran que si el Madrid ofreciera siete u ocho millones más se podría producir un acuerdo, pero desde el Bernabéu se afirma que no se va a subir ni un céntimo más la oferta y en el Liverpool celebran que la próxima campaña contarán con uno de los mejores mediocentros del mundo.
Frustrado. El que saldría perdiendo es el jugador, decidido a abandonar la Premier y que incluso en un par de ocasiones admitió a Benítez su deseo de marcharse. Tras cinco años en los reds, a Xabi le surgió la posibilidad de abandonar una situación que en lo personal se había convertido en algo tensa. El año pasado el Liverpool decidió venderle y el jugador no tuvo más remedio que aceptarlo a regañadientes. La Juventus y el Arsenal no pusieron sobre la mesa lo que se pedía y Xabi se quedó en Anfield, enfadado y frustrado: le salió la mejor temporada de su vida, pero no se le olvidó el trato recibido. Xabi entendía que este año, si lo proponía él, le dejarían marchar.
