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Liga BBVA | xerez

La afición pide a Morales que venda y se marche

La entidad azulina mantiene una deuda de 15 millones.

Á. Revaliente
<b>NO LE QUIEREN. </b>La afición xerecista se moviliza para pedir la salida del club del dirigente nazareno.
jordi arroyo

Del presidente, presidente", a tener que salir escoltado de una junta general de accionistas en la que se aprobaba una ampliación de capital. De botar en el palco presidencial, a tener que acudir a Chapín casi de tapadillo y a un palco privado. Es la grandeza y la miseria del fútbol. Es la fotografía de cinco años en la vida de Joaquín Morales, empresario de Dos Hermanas (Sevilla), que llegó al Xerez en julio de 2004 para salvar una situación económica caótica y, que tras recibir los apoyos de todos, ahora se ve completamente aislado a pesar de haber ascendido al equipo a Primera, por primera vez en su historia.

Tras una primera temporada especialmente buena, sólo empañada por el ascenso del Cádiz a Primera (eterno rival), Morales comenzó a perder crédito en una segunda campaña en la que fichó a Lucas Alcaraz y donde el equipo, tras ser campeón de invierno con 12 puntos de ventaja sobre el cuarto, no consiguió el salto de categoría. No existieron explicaciones del desastre, y comenzó la fractura entre Morales y la afición.

Más tarde, en el tercer ejercicio, firmó a dos directores generales y a dos directores deportivos. Los problemas económicos ya comenzaron a hacer acto de presencia y esa división interna se tradujo también en una división entre los aficionados, los medios y el entorno del club. Incluso un encierro de Morales en el Ayuntamiento, porque no se le pagaba la subvención, terminó enfrentando al club y al Consistorio jerezano.

Espantada.

Las deudas seguían aumentando, a pesar de que el Ayuntamiento pagaba al año dos millones de euros de subvención, y la campaña 07-08 fue tremenda. El equipo se renovó casi al completo, pero los fichajes llegaron a ultimísima hora por falta de dinero. La temporada comenzó mal y tras un 0-3 ante Las Palmas, Morales fue abroncado de tal manera que dijo que no volvería a ser presidente ni de su comunidad de vecinos, y que no volvería a Chapín. Continuó como presidente y el equipo se salvó en una segunda vuelta espectacular liderada por el fichaje de Esteban como entrenador, y con una plantilla que sumó cinco meses sin cobrar.

La afición entendía que Morales se había desentendido del club y es algo que no le ha perdonado. Además, tras el ascenso, no ha habido acuerdo con Esteban y el técnico explicó en una multitudinaria rueda de prensa las razones de su adiós, explotando contra Morales, al que culpó de su marcha. Eso terminó de calentar los ánimos de una afición que pide a Morales que venda. La bronca se ha instalado como forma de vida dentro y fuera del club, ya que han dimitido dos consejeros y el cincuenta por ciento del órgano consultivo. La deuda actual es de 15 millones y cero patrimonio. Morales dice que esos números se pueden hacer válidos en Primera y que el equipo se saneará, pero la afición pide su adiós.