Toda la plantilla ya sabe lo que es jugar en Primera

El Sporting soñó durante el verano pasado con el comienzo de una Liga y la continuación de un proyecto que había devuelto la ilusión a la afición rojiblanca. Y, con el paso de las jornadas, aprendió a sufrir, para valorar así lo que cuesta mantenerse entre los 20 mejores equipos del mejor campeonato del mundo, junto con la Premier. En agosto de 2008, los de Preciado recibieron al Getafe en El Molinón con un equipo que daba sus primeros pasos en la máxima categoría. Aquel día, sólo Sergio Sánchez y Matabuena sabían lo que era jugar entre los mejores; Bilic había hecho un gol con el Zaragoza; y Diego Castro había pisado un césped de Primera, sólo por unos minutos, con la primera plantilla del Málaga. Para el resto, significó su bautismo, a pesar de que algunos, como Gerard o Sastre, ya habían superado la treintena sin pasar nunca de Segunda.

Luego, Diego Camacho y Cuéllar, aportaron un poco más de experiencia, aunque Carmelo también había probado el sabor de la Liga de los Ases; y Maldonado, con el Betis, cuando Lopera lo definió como el "nuevo Villa". Pero, a pesar de que las apuestas lo daban como uno de los favoritos para el descenso, más aún después de las cinco primeras jornadas, el equipo de Preciado acabó la temporada en una meritoria 14ª plaza.

Las cosas han cambiado este año. De hecho, todos los futbolistas de la primera plantilla ya saben lo que es jugar en Primera. Sólo el francés Gregory, la gran apuesta para el centro de la defensa, vivirá su primera experiencia en España. Todavía se esperan todavía otras tres incorporaciones: un central, para apuntalar la defensa; un lateral para complementar a Sastre; y un delantero, para evitar riesgos con sólo dos, que por otra parte ya han demostrado que son capaces de cumplir con goles: Bilic y Barral.

Pendientes de las salidas

Ahora, en el club deben dejar salir para que entren más. Han vuelto a Gijón tres jugadores cedidos (Yoni López, Marcos Landeira y Noel Alonso) y se mantienen en el equipo algunos que no van a tener demasiadas oportunidades (Andreu, Jorge, Kike Mateo). Además, los dirigentes esperan una buena oferta por Roberto Canella, que es el único por el que admiten un traspaso, además de que lleguen propuestas por otros como Barral. Lo que está claro es que no se regalará a nadie. No es necesario. Los tiempos han cambiado y, mientras pueda, el Sporting va a hacerse fuerte en el mercado.