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Copa Confederaciones | Brasil

A Kaká le programaron para ser el nuevo Zidane

El Milán Lab se fijó en el físico del francés para tratarle.

<b>FELIZ. </b>Kaká no esconde la felicidad que siente por el buen momento deportivo y personal que atraviesa.
morenatti

Kaká tiene aún que recorrer un buen trecho hasta alcanzar la mitología futbolística de Zinedine Zidane, pero hace unas semanas dio uno de los pasos más importantes, fichar por el Real Madrid. Las bases naturales ya las compartía con el astro galo: magia, profesionalidad y estilo. Las bases fisicas las puso el Milán a través de su famoso Milán Lab, en donde el brasileño siguió un complejo tratamiento de desarrollo fisiológico cuando llegó a San Siro, en 2002. El club rossonero se fijó en las parecidas características físicas que tenía Kaká con Zizou, entonces en su apogeo madridista.

Cuando Zidane fichó por la Juventus, a los 23 años, medía 1,86 y pesaba 77 kilos. Al llegar al Madrid, con 28, tenía 82. Kaká, de 1,85, aterrizó en Milán a la edad de 22 y con 73 kilos. A los 27, su peso es de 78. La espalda musculosa, que no ha afectado a la versatilidad de su tren inferior, le convierte en un futbolista al que parece casi imposible robar la pelota no sólo por su calidad, sino también por su envergadura.

La conversión de tirillas en superatleta resultó dura. Mientras Maldini, Pirlo y compañía abandonaban las instalaciones de Milanello, Kaká se quedaba realizando largas sesiones de abdominales (unos 600 diarios), decenas de flexiones en las máquinas de tríceps (el músculo posterior del brazo) y ejercicios de pectoral. Luego, la dureza de los fornidos defensas italianos le acabó de convertir en un gladiador con clase. Igual que Zizou...

Rompe con la imagen de antihéroe brasileño

Ya es la quinta vez que Kaká se ha parado en la zona mixta del estadio Loftus Versfeld de Pretoria. Ahora le toca a los periodistas ingleses y él, gentilmente, utiliza el idioma de Shakespeare, porque lo domina bien. Robinho, que ya lleva nueve meses en Inglaterra, le mira serio, entre la sorpresa y un poquito de envidia: él ha tenido que hablar en portugués. Kaká despacha a los tabloides británicos con varias frases y se marcha para atender a los italianos. En italiano, claro... Educado, como un sir; elegante, como un signore. Simpático y atento con la Prensa y los aficionados, como la mayoría de los basileños. Y profesional, como pocos de los otros garotos. Kaká rompe con la imagen indolente de muchos futbolistas canarinhos, la del antihéroe que se pierde en la noche. Sin vicios (no fuma ni bebe) se casó con Caroline, su novia de toda la vida y la religión le ocupa buena parte de su tiempo.