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Falcao

"Kaká hará grandes cosas en el Madrid, España le irá mejor"

Paulo Roberto Falcao es uno de los grandes del fútbol brasileño. Cuando la competición junta a Brasil e Italia es obligado recordar el partidazo del 82 en Sarriá.

Tomás Guasch
Falcao.
morenatti

Para los españoles, un Brasil-Italia será siempre el inolvidable 3-2 del Mundial 82 en Barcelona.

Lo comprendo. ¡Para mí también aunque perdimos! Fue el destino, que no quiso que ganáramos aquel partido.

(Fue el tercer y último envite del triangular de la segunda fase de aquel Mundial. Se jugó en el estadio de Sarriá el 5 de julio. La Argentina de Maradona completaba el cartel. Por Brasil jugaron Valdir Peres; Leandro, Óscar, Luizinho, Junior; Sócrates, Cerezo, Falcao, Zico; Serginho (Paulo Isidoro, 69') y Eder. El seleccionador fue Telé Santana. Italia alineó a Zoff; Gentile, Collovati (Bergomi, 34'), Scirea, Cabrini; Oriali, Antognoni, Tardelli (Marini, 75'), Conti; Graziani y Paolo Rossi. Dirigía Enzo Bearzot).

Fue uno de los partidos más extraordinarios de la historia y quizá el que más lloró la afición del mundo que no era italiana.

Fíjese que han pasado casi 27 años y me llama usted desde España para recordármelo. Sí, fue extraordinario. Nosotros teníamos el favor de todo el mundo, ¡éramos un equipazo! Pero Italia nos ganó y se disparó hacia el título que, desde luego, acabó mereciendo. Tanto Italia como nosotros habíamos ganado a Argentina y a nosotros nos bastaba con empatar para acceder a semifinales. El estadio se llenó aquella tarde calurosa de julio y sí, vivimos un partidazo. Rossi nos mató con sus tres goles. Abrió el marcador, Sócrates igualó y Paolo volvió a adelantar a Italia. La primera parte terminó 2-1. Yo empaté a los 68 Parecía todo hecho para nosotros, pero aquella era su tarde. Rossi de nuevo desempató faltando un cuarto de hora y nos resultó imposible el gol salvador.

Se les acusó, ¡bendito pecado!, de buscar el 3-2 cuando el 2-2 les valía. Se dijo y no sin razón que a Italia no le hubiera pasado eso, que ellos habrían cerrado el partido con el empate.

Bueno Es cierto que los italianos han sabido jugar siempre mirando el marcador y lo nuestro era diferente: empatamos y queríamos ganar. Pero no le discutamos su mérito, necesitaban aquel tercer tanto y lo consiguieron. De aquel partido me quedo con el cariño de la gente, lo mucho que nos aplaudieron solidarizándose con nuestra tristeza y dos recuerdos

¿El primero?

Que en mi país y todo el mundo futbolístico nos compara con el Brasil del 70, el de Pelé, a pesar de que perdimos. Aquel fue fantástico y se nos iguala; nosotros estamos muy contentos con eso. Zico, Sócrates, Junior, Toninho Cerezo conservamos el cariño de la gente. Eso es muy importante.

¿Y el segundo recuerdo?

La pancarta escrita en español que nos recibió a nuestro regreso al hotel en Barcelona. Decía: "No siempre ganan los mejores". No se me olvidará nunca. Ni tampoco la impresión que me dio saber que aquel estadio (la vieja casa del Espanyol) lo derrumbaron un día. Por ahí se fue también parte de nuestro espíritu, el de un equipo que fue campeón sin corona.

Este Brasil de ahora tiene que ver con el suyo en la camiseta. ¿Por qué este bajón?

No es bueno comparar. Pienso que este Brasil es un equipo bueno, pero no maravilloso. Es el Brasil de ahora, y eso supone que consigue buenos resultados. Los últimos antes de esta Confecup fueron ante Uruguay y Paraguay y está a un paso de clasificarse para el Mundial Es lo que hay. Otra cosa es que nos pongamos nostálgicos.

¿Se explica la actual crisis de talentos en su país y en el mundo?

No muy bien. Porque esa crisis no es de ahora, hace tiempo que falta calidad. Ahora, cuando un futbolista hace algo distinto a los demás se dice que es un crack y no estoy nada de acuerdo, para merecer esa etiqueta hay que estar muchos años en el primer plano. Hoy juegan tres partidos bien y ya está: ¡éste es un fenómeno! Y no, hay buenos futbolistas, pero no excepcionales.

¿Quiénes le gustan?

Messi, Kaká, Torres, Lampard, Gerrard, Pirlo, Xavi, el mismo De Rossi en su papel, Iniesta, que es una pena que no esté aquí Son buenos, han llegado muy arriba, pero deben quedarse ahí mucho tiempo. Yo creo que el fútbol se confundió con aquello de que lo importante era ganar y no cómo. Lo importante es jugar bien, dar libertad al jugador con capacidad para hacerlo. Volvemos a lo de antes: mi Brasil no ganó, pero quedó en la historia. Claro que lo ideal es juntar ambas cosas, el triunfo con la alegría del gran fútbol. Pero puestos a elegir Hay equipos que ganaron y apenas se les recuerda.

Brasil se enfrenta hoy a una Italia desesperada. ¿Qué espera?

Un Brasil en alza y una Italia a por todo. Egipto se ha revelado como un equipo serio. No mereció perder ante nosotros y le ganó a los italianos. El de hoy es el primero con verdadero riesgo para Brasil: espera Italia y herida. Son palabras mayores. Es un rival peligroso aunque no parezca estar en su mejor momento. Tiene su estilo y un magnífico patrón al frente en Marcello Lippi. En realidad, el equipo distinto es España, que es el que mejor juega en Europa.

¿Qué pasaría en un España-Brasil? ¿Serviría de referencia pensando en el Mundial?

Tengo curiosidad por ver ese duelo. Cuando se juega contra Brasil es otra cosa, todo el mundo sale con muchísimo respeto al campo y se mueve distinto que contra cualquier otro adversario. España es la mejor de Europa, ya digo, y quiero ver cómo se plantaría contra nosotros y más en una final, que es un escenario probable en este torneo. Respecto al Mundial, pienso que será otra historia, otra exigencia. Los técnicos tendrán más tiempo para preparar sus equipos, sus bazas tácticas Y falta un año. Los favoritos están claros y no espero una selección tan sorprendente como para subirse al podio, aunque Egipto ha demostrado que en un torneo corto hay espacio para la sorpresa.

Kaká fichó por el Madrid. ¿Qué futuro le augura?

Mejor que en Italia.

Si lo dice Falcao, el llamado Rey de Roma

¡Ja, ja! Ese mote me lo pusieron cuando jugué allí, fui de los primeros brasileños en aterrizar en el calcio. Ganamos una vez el scudetto y dos Copas de Italia. Y perdimos en casa por penaltis aquella final de la Copa de Europa con el Liverpool. Sí, allí me quieren mucho y se cómo las gastan, cómo es su fútbol, lo pequeño de los espacios que encuentras en 90 minutos de juego. Por eso pienso que a Kaká le irá mejor en España donde el marcaje es menos fanático y se moverá con mayor libertad.

Al estilo de lo que le pasó a Zidane, que fue más feliz en Madrid que en Turín.

Por ejemplo. Por eso pienso que Kaká va a hacer grandes cosas en el Madrid, que necesita futbolistas de su estilo, capaces de ayudarle a recuperar su mejor juego. Sí, le irá bien.

Usted está en Suráfrica de comentarista de O Globo.

Sí, en Johannesburgo. Llevo con ellos desde el 95, catorce años ya.

¿No le gustó entrenar?

Sí, pero no di con el escenario ideal. Me gustaría firmar un contrato por dos o tres años de manera que pudiera formar yo el equipo y no encontrármelo ya formado. Me sale eso o no vuelvo a entrenar. Otra cosa me parece perder el tiempo.

Dos nombres propios para terminar: Ronaldo y Maradona. ¿Ve al Gordito con posibilidades de estar el año que viene en el Mundial?

Ahora no, absolutamente no. Debe mejorar mucho.

Maradona: ¿podría pasar que Argentina no se clasificara?

El fútbol de allí atraviesa por un profundo bache. Boca y River no están y fueron siempre sus grandes referencias. La situación de su selección les debe preocupar porque su próximo partido camino del Mundial será con Brasil en Buenos Aires, y si no gana se le complicará el panorama. Y sobre Diego, ¿qué decir? Que sabe de fútbol no se discute. Hay que darle tiempo para valorar su trabajo de entrenador.