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Liga BBVA | Real Madrid

Kaká, el galáctico obrero: ha corrido 18 kilómetros

Sólo Gilberto y Melo lo han hecho más en la Confecup

J, Antonio Espina
<b>ESTRELLA Y TRABAJADOR. </b>Kaká se machacó en el gimnasio con el resto de sus compañeros de selección y demostró que está en plenas condiciones físicas.

Obsesionado con la recuperación física de un equipo con demasiados minutos en las piernas, Dunga separó ayer a los titulares y los suplentes del partido contra EE UU. Los del banquillo entrenaron normalmente en el Super Stadium de Pretoria. Los del once titular se marcharon a un gimnasio cercano al Centurion Lake Hotel, morada de Brasil, y hubo que robar fotos para comprobar que precisamente la estrella, Kaká, trabajaba con las máquinas de musculación con más intensidad que ningún otro de los brasileños.

Así es y a algunos les sorprenderá su formalidad, con la fama que han credo otros canarinhos. Tras la cara de niño bueno, el porte elegante y esa calidad para decidir partidos, se encuentra un tipo muy humilde. Un nuevo galáctico al que no se le caen los anillos para ponerse en cualquier momento el traje de obrero. Tras lo que parece un físico liviano, sin unos muslos demasiado gruesos o unas espaldas de nadador, hay un gran atleta. Lo dicen esos datos tan extraños que se encarga de recoger la FIFA, con sistemas impensables hace años: Kaká es el tercer brasileño, sólo por detrás de Gilberto y Melo, que más ha corrido en estos dos partidos de Brasil. Y porque ha jugado media hora menos que ellos. El flamante fichaje de Florentino lleva hechos en dos partidos casi 18 kilómetros, algo impensable en un futbolista que está llamado a decidir los encuentros.

"Estamos ante un futbolista absolutamente responsable", dice José Luis Runco, médico de la Seleçao y el más prestigioso galeno deportivo de su país. "Kaká conoce a la perfección su cuerpo, sabe lo que puede comer y lo que no, lo que debe hacer. Nunca hay que decirle nada", añade el doctor. Un deportista ejemplar, así es. Ni bebe, ni fuma por supuesto, y sólo se permite el lujo de comer esa picanha (carne típica brasileña), que le vuelve loco, cuando la tabla alimentaria se lo permite. Este último año, en el que una lesión de menisco le ha tenido meses fuera, la pincanha casi no ha existido para él: "Salvo esta lesión -dice Runco, que fue el que operó al ya jugador madridista- no ha tenido ninguna otra. Y está recuperado al cien por cien, quizá mejor que antes. Como se está viendo en esta Copa, es un gran atleta. Y también una gran persona".

No se trata de un piropo gratis: Runco habla desde el conocimiento de un futbolista que trata hace años. Al que ha visto pararse con cada aficionado para hacerse fotos y firmar autógrafos, mandar sonrisas a diestro y siniestro, respetar siempre a los rivales: Kaká, el galáctico con los pies en la tierra.