La llegada de Rivera abre la puerta a Míchel

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La llegada de Rivera abre la puerta a Míchel

La llegada de Rivera  abre la puerta a Míchel

La nómina de centrocampistas rojiblancos que lucharán por dos puestos asciende a seis.

La llegada de Alberto Rivera, el ascenso de Lora y el regreso de Landeira aumentan a seis los centrocampistas que lucharán por dos puestos, después de haber prescindido de Andreu, quien no entra en los planes del cuadro técnico para la próxima temporada.

El catalán, representado por Bahía ya busca equipo, mientras que Iñaki Espizua, que lleva los asuntos de Lora, y Joaquín Secades, que ostenta la representación de Landeira, están a la espera de una comunicación del club sobre el futuro de sus futbolistas.

Sin embargo, en el caso de Míchel, la situación es diferente. El lenense dio un buen rendimiento esta temporada, en la que participó en 30 partidos ligueros, en su debut en la máxima categoría, un encuentro menos que Diego Camacho, con quien más coincidió en las alineaciones. Respecto al futuro, con la presencia de Rivera, las opciones para jugar en el doble pivote se reducirán a un puesto, por el que deberán luchar Matabuena, Camacho y Míchel.

El lenense es un jugador apetecido. Ya en sus inicios, técnicos del Valencia y del Zaragoza se interesaron en su proyección, aunque el único ofrecimiento en firme fue el del Bolton, hace un año. El Mallorca también se interesó, pero su situación financiera no le permite ahora aspirar a pujar por el centrocampista rojiblanco.

El deseo de Míchel es seguir en el Sporting, pero si es para no jugar, tener una participación testimonial o verse obligado a esperar una oportunidad después de los méritos demostrados, su representante valorará su futuro, por si fuera conveniente estudiar un traspaso. Gelu Rodríguez, de la empresa Bross, que lleva su representación, está a la espera para mantener una reunión con Alfredo García Amado, director general del club, la próxima semana, ya que puede haber ofertas del fútbol inglés. En principio, el club no tiene intención de dejar marchar al jugador.