Real Madrid | La biografía del galáctico brasileño
2007 fue su año dorado
LA VIDA DE KAKÁ (Y CAPÍTULO III). Gracias a Leonardo, el Milán hizo el mejor negocio de los últimos tiempos al fichar a Kaká por ocho millones de euros. Después de seis temporadas en Italia, en las que lo ha ganado todo, llega al Madrid uno de los grandes jugadores de los últimos 20 años.
Kaká le costó al Milán ocho millones de euros, una birria para lo que se pagaba en la época. Firmó con 21 años en el verano de 2003 y se integró rápidamente ayudado por sus compatriotas Leonardo, Cafú, Serginho y Dida. Se especuló con una cesión pero en cuanto empezó a jugar en un partido ante el Ancona su importancia en el once de Ancelotti se multiplicó.
Primera temporada y primer título. Había debutado en septiembre de 2003, marcó su primer gol al Inter y en la Liga de Campeones ante el Brujas en Bélgica. Jugó 30 partidos de Liga como titular y 11 en Champions, cifras espectaculares para un jugador que ya era un emblema del equipo. Su único traspié importante, aquella eliminatoria ante el Deportivo que parecía resuelta en la ida y al final acabó con el Milán fuera. "Aprendimos mucho, fue la primera piedra de los triunfos sucesivos", comentaría Kaká años más tarde.
Adaptado.
El 2005 fue un gran año, a pesar de la derrota en la final de la Champions ante el Liverpool. La temporada empezó con los fichajes de Stam, Dhorasso y Crespo. Kaká tuvo por fin vacaciones al no disputar la Copa América de Perú. Su adaptación era un hecho e incluso declaró al Guerin Sportivo: "Es curioso, durante el año me acuerdo de Brasil y en vacaciones me acordaba de Milán".
Su vida en la ciudad italiana estaba asentada, con muchas visitas a la iglesia de Santa María de Grazia. Buenos restaurantes como Il Giardinetto, el famoso bar Magenta y, por supuesto, la churrasquería brasileña Merimbao.
Pero volvamos al fútbol. Como centrocampista con libertad maravilló, con su calidad en el pase, verticalidad, elegancia y una velocidad mental que le hizo imparable. Ganó otra Liga en un año que terminó de la mejor forma: se casó con Caroline Celico el 23 de diciembre de 2005 en una iglesia evangélica de Sao Paulo.
La siguiente temporada batió su récord personal de goles, pero entre el fracaso de Brasil en el Mundial de Alemania, la derrota ante el Barcelona en las semifinales de Champions y un triste tercer puesto en el Scudetto algunas ilusiones de Kaká se evaporaron.
Explosión.
Renacieron en 2007, el año de su Balón de Oro. El año del título de Europa con la revancha ante el Liverpool y la frase de Pelé: "Ha nacido el nuevo Cruyff". Ya poco antes Rui Costa había respondido ante su suplencia con un "no me puedo quejar por no ser titular, tengo delante al futuro Balón de Oro y mejor jugador de Europa". Rui Costa tenía razón, y en diciembre de 2007, después de ganarle a Boca la Intercontinental con un gol suyo y dos asistencias Kaká recibía el Balón de Oro. Y más tarde el FIFA World Player. El mundo estaba a sus pies.
El final de Kaká en el Milán es reciente. Un equipo que envejece sin que nadie lo remedie, la llegada de Ronaldinho que crea tensión, demasiados partidos sin libertad en el campo y un juego lento que le perjudica. A pesar de todo marca 31 goles en sus dos últimas temporadas. Pero el Milán no funciona y le llega una gran oferta del Manchester City que Berlusconi ve con buenos ojos. Kaká la rechaza por su afán competitivo, pero desde entonces ya tiene claro que la salida de Italia sería inminente. Al Real Madrid ha llegado uno de los grandes jugadores de los últimos veinte años.