Copa Confederaciones | Nueva Zelanda - España
Nueva Zelanda no hará la haka como en los Juegos
Lo desaconsejaron hasta los internacionales de rugby.
Se enfrenta a España la Nueva Zelanda del fútbol, esa niña pobre y descuidada en un país donde el rugby es el deporte preferido a la mayoría. Llegan los conocidos como All Whites (todos blancos), o tal vez deberíamos decir "los anteriormente conocidos" como All Whites. Porque hoy, frente a la Roja, será una de las últimas ocasiones en que los neozelandeses usen el blanco como vestimenta titular. "Es hora de cambiar de era. Queremos vestir de negro, nos gusta mucho ese color. Y, después del 4-3 ante Italia, creo que nos da suerte", revela el seleccionador Ricky Herbert certificando la defunción de una indumentaria con casi 30 años de historia, que comenzaron a llevar, precisamente, durante nuestra España 82. Entonces, Herbert tenía 23 años y formaba parte de la única selección de Nueva Zelanda que se ha clasificado para la fase final de un Mundial.
Los All Whites tomaron su denominación entonces. Ellos, los del fútbol (soccer, se dice en Nueva Zelanda, como en Suráfrica y Estados Unidos), vestían de blanco y los otros, los celebérrimos All Blacks del rugby, vestían de negro. El contraste de apodos, en principio circunstancial, no podría resultar más significativo: un equipo y el otro son como la noche y el día. Mientras los primeros son unos desconocidos en el ámbito global, apenas tienen jugadores totalmente profesionales y figuran como números 82 del mundo en el ránking FIFA, el equipo de rugby representa un mito en todo el mundo. Ellos y su famosa haka, ese baile de guerra maorí que ha dado la vuelta al mundo y que, junto con el color, pretendían bailar los futbolistas durante esta Confecup para dar aún más miedo, parecerse más a sus gigantescos compatriotas vestidos del negro. Durante los Juegos de Pekín, los Sub- 23 lo hicieron, al término de los partidos' De hecho, estos neozelandeses parecen un equipo de rugby, con 1,85 de media y 83 kilos. Pero no habrá haka: tanto Herbert como los compañeros del rugby lo desaconsejaron.