Real Madrid | Trasvase Manchester-Madrid

Cuarto jugador que el Madrid le arrebata a Alex Ferguson

Beckham, Van Nistelrooy, Heinze y ahora Cristiano

David Beckham.
Carmen Colino
Editora jefe de Eventos Deportivos. En AS desde 1996, de ellos 22 años en la sección del Real Madrid siendo responsable de la misma desde 2006. Dos años en redes sociales y ocho de responsable de Verticales y Actualidad. Vicepresidenta de la Asociación de la Prensa Deportiva de Madrid. Colaboradora de El Chiringuito de Pedrerol, Atresmedia.
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Cristiano Ronaldo es el cuarto futbolista que el Real Madrid le arrebata al Manchester United y, sobre todo, a Ferguson. Además, en 2003 el Madrid contrató a Carlos Queiroz, que era el segundo de Ferguson y a éste no le gustó mucho su marcha al Madrid y en el verano de 2007 fue Valter di Salvo quien abandonó a los reds para firmar con los blancos y comenzar su proyecto del Madrid TEC.

Cada vez que el Madrid ha acudido al Manchester para fichar jugadores, Ferguson se lo ha tomado como un ataque personal. "Al Madrid no le vendería ni un virus", ha dicho en más de una ocasión.

El primero en abandonar fue Beckham en 2003. Sus relaciones estaban rotas (Fergie le lanzó una bota que le rompió la ceja) y Florentino llamó a la puerta del más mediático. Pagó por su traspaso 25 millones de euros, el Manchester hubiera recibido diez más si Beckham hubiera conseguido Liga o Champions el primer año. Ese verano, el Madrid apostó por Queiroz para el banquillo, hasta ese momento el segundo de Ferguson.

En 2006 Calderón fichó a Van Nistelrooy. Mijatovic habló con el futbolista y le dio el visto bueno. El Madrid pagó 15 millones de euros por el traspaso. Un año después, Heinze fue contratado por 12 millones. Es la única venta en la que Ferguson no puso peros, pero por una razón, antes de vendérselo al Liverpool, que también lo quería, se lo dio al Madrid.

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Guerra.

El interés por Cristiano se lo tomó como una guerra personal contra el Madrid. Se metió con la institución, con el presidente e incluso habló de Franco. Convenció a Cristiano de que se quedara un año más, pero al final tuvo que dar su brazo a torcer. Su relación también estaba rota. La última bronca en público fue cuando le sustituyó en el partido contra el Manchester City.

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