El jugador del Real Valladolid Víctor Fernández, que no renovará su contrato con la entidad vallisoletana, que expira el próximo 30 de junio, ha señalado hoy en una rueda de prensa que "está dolido" porque cree que merecía "otro final".

"Lo merecía yo, mi gente y la afición, y me hubiera gustado despedirme en el campo, donde he sido fuerte y donde he dado todo. Me merecía que mi público me aplaudiera por última vez y viceversa", ha dicho.

El media punta, de 35 años, se despidió hoy del entorno blanquivioleta y del propio club tras nueve temporadas "en un día especial: triste pero a la vez alegre por todo lo que he vivido aquí", ha comentado.

"Son decisiones que se toman en las que yo no tengo nada que ver. Los años pesan y yo no he pedido ningún tipo de explicación al presidente, Carlos Suárez", ha añadido, al mismo tiempo que ha puntualizado que su no renovación no ha venido motivada por problemas con el entrenador", José Luis Mendilibar.

"Me ha ayudado en todo momento, tanto él a mí, como yo a él. Me ha aportado mucho y también al club. Nos hemos respetado, no ha habido ningún problema y nos hemos tenido cierto cariño", ha explicado.

Asimismo, Víctor ha subrayado que no se puede ir mal porque el Real Valladolid es su "club", su "casa", su "escudo", al que le agradece que le haya dado "todo".

"No puedo poner ningún pero. El tratamiento ha sido genial desde que empecé con 22 años y siempre me han apoyado. Es un club ejemplar y estoy muy orgulloso de estos nueve años. Es mi escudo y lo será siempre vaya donde vaya, ya que han sido nueve años que no olvidaré jamás", ha recalcado.

Víctor no ha escatimado en agradecimientos a la afición, "cuyo cariño desde el primer día es lo más importante" que se lleva, y a sus compañeros, "que se han comportado de manera enorme", ha manifestado.

Por todo ello, ha asegurado que no cierra las puertas al Real Valladolid, dado sabe que volverá algún día con su familia y le gustaría estar cerca por todo lo que se han dado mutuamente, ha agregado.

Sin embargo, ha confirmado que se ve con capacidad "para seguir jugando", a pesar de que su intención era "hacerlo en el Real Valladolid", ha aseverado. "No tengo claro dónde. Sí es cierto que me gustaría probar en el extranjero, pero tengo esposa y tres hijos y es una decisión que debemos tomar entre todos", ha apuntado.

El jugador recibirá la insignia de oro del club por sus merecimientos humanos y deportivos, algo que para él es un "orgullo", aunque le gustaría que se la dieran "estando retirado", ha afirmado.

"Entre los premios, el récord de goles del que me he quedado cerca y el dinero, me quedo con el reconocimiento de la gente. Si algo tiene esta despedida es que me he sentido importante, como en estos nueve años", ha sentenciado.

Víctor, que ha finalizado sensiblemente afectado y con lágrimas en los ojos, vestía camiseta morada y pantalón blanco, los colores del Real Valladolid, en una despedida en la que se rodeó de amigos y ex compañeros y en la que, tras su conclusión, recibió una ovación de los allí presentes.