Una vez finalizada la temporada, comienza a cocerse el equipo del próximo curso. Con filtraciones interesadas de futbolistas mediáticos por parte de algunos dirigentes, lo primero que pretende Pep Guardiola es amarrar a los jugadores que considera imprescindibles en su esquema de juego. Y uno de ellos es Rafa Márquez, que aceptará los dos años de ampliación que hace unas semanas le pusieron encima de la mesa. El defensa está encantado con su vida en Barcelona, ha vivido un año de éxitos a nivel personal y colectivo, con al consecución de un triplete histórico.

La fatalidad se cebó con el central. En la ida de las semifinales de la Champions League, ante el Chelsea, el norteamericano se lastimó la rodilla derecha, por lo que tuvo que entrar en el quirófano para ser sometido a una artroscopia, que le dejó fuera de combate en el tramo más decisivo del campeonato.

Pese a todo, Guardiola siempre confió en él. Considera el entrenador que Márquez debe seguir en la entidad y no apurar un contrato que acaba la próxima temporada. Otra vez centrado en el juego (la pasada temporada fue muy criticado por sus viajes a Madrid), el defensa siempre fue titular y le daba al equipo lo que le pedía el entrenador; orden defensivo y una buena salida de balón.

Márquez seguirá en el Barça. Será el primero en ampliar su contrato. Y lo hará por dos temporadas. Guardiola no quiere sorpresas y considera al central una de las piezas básicas en su esquema defensivo y de equipo. Esto no ha hecho más que comenzar.