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Liga BBVA | Atlético 3 - Almería 0

Una gran fiesta de Champions

El Atleti cumplió su objetivo con suficiencia. Golazo inicial de Kun. Raúl García hizo el segundo. Forlán marcó su gol 32, es pichichi y casi ata la Bota de Oro

<b>GOL DE PICHICHI.</b> Diego Forlán celebra su trigésimo segundo gol en esta Liga que le corona como máximo goleador del campeonato y a un paso de la Bota de Oro.
GOL DE PICHICHI. Diego Forlán celebra su trigésimo segundo gol en esta Liga que le corona como máximo goleador del campeonato y a un paso de la Bota de Oro.

A veces, el Atleti también obtiene los finales felices que sueña. No se produjo la sorpresa que los más pesimistas auguraban, ni tan siquiera un susto, la necesidad de la enésima remontada, un poco de tensión. Nada. La victoria fue amplia y convincente y los protagonistas, los más deseados. Primero, un golazo de Agüero. De postre, otro de Forlán, que le da el pichichi y casi la Bota de Oro, salvo que Janko meta hoy cuatro goles. Al final, el Calderón cantó y bailó, ovacionó a su equipo y reverenció al rubio delantero: "Uruguayo, uruguayo, uruguayo". Mientras, él aplaudía desde el centro del campo en lo que más vale que no fuera una despedida, porque ya no es un ídolo, es un semidios y, si le venden, toman el Calderón.

El partido no tuvo más historia que la que escribió el Atleti, que devoró en cinco minutos el ímpetu inicial del Almería. De ello se encargó Kun, que ha borrado en el último mes y medio de temporada las tibias sensaciones de los dos anteriores. Al desbordante talento está sumando un trabajo sucio muy efectivo y el cielo sigue siendo su límite, pese a la legión de desconfiados. Atemorizó a toda la defensa visitante con tres sprints desaforados y la demolió con un arrebato de genio. En el minuto 19, entró con el balón en el área por la esquina derecha y se puso a crear para desgracia del pobre Pellerano. Un recorte seco, dos, tres y zurdazo seco imparable para Alves. Empezaba la fiesta.

Una salida rara de Leo Franco, que se despidió pese a su notable temporada, dio algo de emoción al asunto, pero fue un espejismo. A los 27', Maxi sacó una falta y Raúl García, que ha acabado el curso en su mejor versión, cabeceó a placer en el segundo palo. El Almería defendió con la intensidad propia de un solteros contra casados.

Ya con el 2-0, el objetivo prioritario del Atlético pasó a ser que marcase Forlán. Visto lo visto, tampoco se trataba de un reto muy complicado. Justo antes del descanso, lo rozó con una chilena inventada de la nada que el árbitro, por darle emoción, invalidó por juego peligroso. Y con ese mal recuerdo se fue al vestuario, pero al uruguayo los traumas le duran un suspiro. Nada más volver al campo, un balón botando fuera del área se convirtió en el enésimo zurdazo made in Forlán, al que cualquier lugar en campo contrario le parece el punto de penalti. 32 goles, la Champions, el pichichi y, seguramente, la Bota de Oro dan fe de una temporada que pasará a la historia del Atlético.

Ovación. El resto del partido fue un feliz alboroto, alterado sólo por el ansia innata de los goleadores en celo. Forlán quería uno más que acabase con la lejana amenaza de Janko y Negredo estaba empeñado en llegar a los 20 tantos en Liga, pero ayer la suerte nunca acompañó a su empeño. A falta de 4 minutos, Abel retiró a Forlán para que recibiera el rendido homenaje de la grada. Las manos echaron humo.

Fue el mejor final para una temporada extraña del Atlético, llena de altibajos, pero con el desenlace soñado. La semana que viene llegará el momento de preocuparse por la dura previa europea, de renovar a Abel y de decidir la continuidad de las estrellas. No debería haber mucho que pensar: con Forlán y Kun a la Champions y al fin del mundo.