La 'flor' de Salamero

Liga Adelante | Girona 2 - Nàstic 1

La 'flor' de Salamero

La 'flor' de Salamero

CLICK ART

El Girona remonta al Nàstic y se salva virtualmente

El Girona se llevó el derbi y le asegura al Nàstic que la próxima temporada tendrá revancha. Su salvación no es matemática, porque el Alavés aún bracea bajo el mar, pero con un punto más en tres jornadas habrá fumata blanca. Y hasta sin ese punto, pues se antoja difícil que los vascos y el resto de equipos inmersos en la lucha por salvarse lo ganen todo.

No fue mejor el equipo rojiblanco, pero su técnico parece tener una flor. Continúa la efervescencia del efecto Salamero como las burbujas del mejor cava. Dos partidos, dos victorias, dos remontadas, seis puntos. Mejor imposible. La victoria de ayer tuvo bastante de fortuna ante un Nàstic que reflejó las carencias de toda la temporada, las que le han conducido a la indiferencia. 40 jornadas se resumieron, pues, en 90 minutos.

El Nàstic controló el juego, tuvo mejores ocasiones, perdonó, y se le fue el partido por un mal despeje de Cherfa y una inocente mano de Gibanel. Así, sin más. Dos temeridades que, en el Xerez, sólo hubiesen sido un susto, pero en el Nàstic se convierten en una condena.

Ferrando y Salamero apostaron por el famoso 4-2-3-1 para iniciar el choque. La primera parte fue abierta, un ir y venir entre dos equipos que sólo jugaban a favor del espectáculo. Matamala avisó primero y Rubén respondió con sus excelente reflejos. Manga estrelló un balón en el palo y Víctor, de cabeza, replicó poco después. Ambos equipos se basaban en la velocidad de sus jugadores de la banda, Alba en el Nàstic y Martín en el Girona, para fraguar las jugadas de ataque, pero los goles y la tensión quedaron para la segunda parte.

En el minuto 48, Gibanel recupera un balón (posible falta), se la cede a Redondo, y éste le da un pase de gol a Alba, que sólo tuvo que empujarla ante un vendido Ponzo. Lejos de espolear a los visitantes y hundir a los locales, el tanto provocó la relajación en algunos futbolistas del Nàstic. Cherfa, incomprensiblemente, estrelló un despeje contra Raúl Martín dentro del área y el balón le llegó a Gerard, otro jugador con flor desde la llegada de Salamero. Su remate de cabeza fue impecable. Ocho minutos después, Gibanel cometió una falta cercana al área y Cañas culminó la remontada, después de que el balón golpease en la barrera.

El Nàstic lo intentó, pero le pudo la ansiedad. Así se ha escrito su historia: un querer y no poder de ya nueve meses.