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Liga BBVA | Racing

"Vamos a salir a muerte a por el Getafe; lo que pasó está en la retina"

Es uno de los pesos pesados del Racing. Implicado, disciplinado y constante, analizó con AS toda la actualidad del equipo, profundizando en el último partido de la presente Liga.

Jaime Del Olmo
Pinillos.
SERRANO ARCE

El día, en lo climatológico, era desapacible, con fuerte viento y fina lluvia tras la puerta del Gambrinus. Dentro, todo fue mucho más acogedor, como el sincero abrazo que Pinillos recibió de un cántabro ilustre, David Bustamante. El barquereño aprovechó la cena familiar que tenía allí para conocer personalmente a Pablo.

Roberto González, al ver a los dos juntos, me da un posible titular para este reportaje: "¡Mira, dos paletas cinco estrellas!", debido a la coincidencia de ambos de iniciarse en el mundo laboral como albañiles.

Inicios. Porque Pablo Pinillos (nacido en Logroño el 9 de julio de 1974) es y ha sido toda su vida un superviviente. Entre ladrillo y ladrillo, sacaba tiempo de donde podía para, a sus 21 años, poder entrenar y jugar los fines de semana en el Calahorra, de la Tercera riojana. No podía imaginar que sólo tres años después iba a debutar en la máxima categoría del fútbol español con el Super Depor:

"Tras estar en el Calahorra, me fichó el Pontevedra; era la primera vez que salía de casa. Cobraba 2,7 millones de pesetas y no me lo cre dejé la paleta rápido. Tuve la suerte de que el entrenador del Pontevedra, Julio Díaz, confiara en mí y me diera 30 partidos en mi primer año. Le puse coraje y al término de ese año ya me vino a fichar el filial del Deportivo. Esa misma temporada debuté con el primer equipo de la mano de Carlos Alberto Silva, en el que estaban Bebeto, Djalminha, Mauro Silva, Fran Fue el 11 de enero de 1998 en Riazor contra el Tenerife, con empate a uno. No se me olvidará nunca".

"Con Irureta todo cambió. Volví al filial y al año siguiente me fui al Toledo, que estaba en Segunda. Tras esa campaña me ficha el Compostela, también de Segunda. Allí viví la cara amarga y dura del fútbol: descenso, impagos, encierros en los vestuario, posar desnudos en Interviú para dar relevancia mediática al problema..., lo volvería a hacer. Estaba de presidente Caneda, menudo personaje. Le dije de todo; llevas un año entero sin cobrar, asciendes de Segunda B, cobramos un pagaré, pero luego en todo el año no vimos un duro. Tengo un pagaré de 12 millones de pesetas (70.000 euros) enmarcado en casa, la prima del ascenso para toda la plantilla que nunca cobramos".

"No soy un virtuoso". Por eso nadie pone en duda el esfuerzo y empeño que ha puesto toda su vida Pinillos por hacerse un hueco en la élite del fútbol tras unos inicios poco alentadores:

"Me considero un currante, me ha costado mucho llegar hasta aquí. Al final y tras todo lo que he vivido, creo que el fútbol ha sido justo conmigo; un poco tarde, pero sí. Quién me iba a decir que cuando estaba encerrado en el vestuario del Compostela, iba a vivir de esto y dedicarme a lo que me gusta, que es jugar al fútbol".

"Soy cabezón, constante, siempre creo en mí. Si no, no hubiera llegado a Primera. He visto muchos futbolistas mejores en mi puesto pero que se quedaron en el camino. La noche no es buena consejera; al final llegan los que se cuidan, los que son constantes, maduros de cabeza y humildes. Hoy en día es lo que prima, yo no soy un virtuoso, pero es el mejor valor para un club".

Pablo tuerce el gesto cuando se le recuerda el partido donde quizá haya sufrido más la velocidad de un extremo rival, Elia, del Twente:

"Estáis muy encabezonados con él, estáis equivocados. Habrá alguna carrera en que me superara y puede que yo no llegara en mi mejor momento al partido, pero ¿cómo estaba el equipo? ¿A que en la segunda parte ya no se iba tanto? Al final, el rendimiento del grupo te marca un poco la actuación individual. A ver, escucho y leo las críticas y a veces las comparto, pero otras no. El más severo y crítico conmigo soy yo, que sé cuándo he jugado bien, mal o regular. No vi ese partido por televisión, pero ya por curiosidad voy a pedir que me lo consigan para comprobar si lo que me decís es así o no".

Pablo es uno de esos futbolistas que habla sin tapujos, haya o no haya micrófonos delante (o libretas como era el caso) incluso si es para criticar cómo está montado el mundillo que rodea a este deporte, sueldos incluidos:

"El fútbol, en general, ha estado viviendo por encima de sus posibilidades. El 90% de los futbolistas están sobrevalorados, no generan el dinero que cobran. En mi caso, mi única ilusión era construirme una casa en mi pueblo, Murillo del Río Leza y ya lo he conseguido. No he ganado dinero como para montar un negocio, no tuve la suerte de tener 23 años y ganar una ficha normal de hoy en día. Empecé a cobrarlo desde que llegué al Racing con 30 años".

"Por eso creo que Pernía, al que considero una persona inteligente, si quiere tener estabilidad económica en el Racing, deberá hacer un recorte presupuestario. Eso sí, desde siempre he defendido que ser jugador del Racing es un privilegio; siempre se ha pagado religiosamente".

Getafe. La actualidad nos lleva, tras degustar y paladear una marmita de pulpo y unas gambas a la plancha deliciosas, a tratar el tema de la semana: el partido contra el Getafe. La afición racinguista ha esperado 438 días para llevar a cabo una 'venganza' deportiva tras la eliminación copera, algo que, sin duda alguna, Pablo tiene en mente:

"Vamos a salir a muerte a por ellos. No es un partido más. La rivalidad existe y nos privaron de una final; eso está en la retina, lo que sufrimos y el disgusto que nos llevamos. Vamos a ir a ganar para ser décimos y luego porque sabemos que sería un premio muy grande para la afición, cerrar la temporada dándoles una victoria. Sabemos lo que la gente quiere desde hace tiempo y ha salido a pedir de boca. Sería despedir el año de una manera diferente. Además, a título personal, un triunfo nuestro supone que el Sporting tendría más opciones para salvarse, porque tengo allí amigos y sobre todo por Preciado, al que tengo un gran aprecio. Con Casquero no tengo relaci cuando jugó aquí la normal que había dentro de un vestuario. Era un tipo muy introvertido".

Claro, quien más quien menos en el país aventura que podría haber un incentivo 'extra' procedente de varias ciudades que desearían una victoria racinguista el domingo: "¿Primas? Esta tarde he estado con los niños, yo no sé nada (risas). Personalmente legalizaría las primas a terceros por ganar". Sobre el tema del descenso, no quisiera estar en el pellejo del Valladolid, que se juega la vida fuera de casa contra otro equipo en peligro; prefiero mil veces estar en la situación de Osasuna".

"Con el Levante viví una situación parecida, bajamos en la última jornada en Villarreal, que se jugaba meterse en Champions. Teníamos que ganar, pero enfrente estaba Forlán, que al final fue Bota de Oro. Yo, si me dan a elegir, le ficharía a él antes que a Villa, Etoo o Ronaldo".

Muñiz y este año. Esta temporada, a pesar de que el Racing puede acabar décimo, las críticas hacia el entrenador y el juego del equipo han sido abundantes y en ciertos casos irrespetuosa:

"Nos ha pesado mucho no ganar en casa; ha sido nuestra asignatura pendiente y es con lo que la gente se ha quedado al final. No cerrábamos los partidos. No sé por qué, pero entras en la dinámica de no ganar, no hay la confianza necesaria, entra la ansiedad y te pesa en el partido".

Respecto a Muñiz, Pinillos es claro y confiesa que el listón del año pasado estaba muy alto para él y para cualquiera:

"Es una losa que pesa mucho; Muñiz ha venido en un año de mucha exigencia; él lo sabía, pero la comparación iba a ser con otro entrenador que hubiera venido. Lo tenía muy complicado, pero la gente tampoco ve la cercanía de Muñiz y cómo es realmente".

Retirada. Pablo no tiene en mente colgar las botas, pero quiere seguir ligado al fútbol cuando llegue ese momento:

"Me queda un año de contrato y no pienso en retirarme. Cuando sienta que no tenga ilusión y motivación voy a ser el primero en verlo. Al final se me recordará como alguien que jugó en el Racing y no en otro club. Me gusta la labor del entrenador, no te diría que no me gustaría serlo; ahora estoy sacando el título. Tristemente, el fútbol es resultadista y son los que te ponen y te quitan. Indudablemente el buen juego te lleva al resultado, pero depende de los mimbres que tengas y del concepto que se tenga sobre lo que es jugar bien".