Liga BBVA | Málaga
"Tomar la decisión de no jugar ante el Betis me costó mucho"
La afición quería escuchar a Goitia después de echarle de menos en el once del pasado sábado. Ayer hizo para adelante el paso que dio hacia atrás en el partido en el que su equipo se jugaba la UEFA. Reveló que no seguirá en Málaga, que se va al Betis al final de la temporada y, casi sin quererlo, que pidió no jugar en esa situación. No lo está pasando bien, pero ya no tiene nada más que decir.
Mi decisión de comunicarle al club de no jugar ante el Betis me costó mucho". La frase es de Iñaki Goitia y fue pronunciada al minuto 15 de su rueda de prensa de ayer. Así, a regañadientes y tras un cuarto de hora de explicaciones contradictorias, asumía el guardameta la responsabilidad de su espantada del sábado pasado. Porque antes de esa cita, el portero llegó a decir todo lo contrario: "Nunca pedí no jugar". En una comparecencia orquestada para aclarar la polémica, Goitia ha ido construyendo su versión de los hechos a través de frases sueltas en un mar de palabras minimizadas por un descuido final. La conclusión, no quiso jugar y después no quiso decirlo. Pero lo hizo.
Todo comenzó de otra manera: "Yo no seguiré aquí porque he llegado a un acuerdo con el Betis. Ambos equipos se jugaban mucho, así que 48 horas antes del partido le comunico mi situación al entrenador. Por mi cabeza rondaban muchas cosas y creí que era oportuno que las partes interesadas conociesen la situación".
Luego, el guardameta quiso aclarar que no hubo ningún elemento externo que le empujase a adoptar esa actitud y echó balones hacia el banquillo: "Estaba a disposición del técnico si consideraba que tenía que jugar, pero di a conocer mi situación con suficiente tiempo para organizarlo todo y dejando claro cuál será mi estado mental (...). Mi intención era no perjudicar a mi compañero que va a intentar ganar (...). Imagínense que me ponen y la cago, eso es algo que quería evitar. Pero tampoco he recibido ninguna presión desde Sevilla para no jugar". El vasco no se declaró culpable de nada en toda la mañana pero, con el paso de los minutos, las notas de disculpa han ido apareciendo en su discurso: "Yo no controlo mi ansiedad, nunca me he visto en una situación así y he intentado obrar en beneficio del club. Si uno está al 50 por cien y otro está al 250, hay que buscar el bien del equipo".
Al final, lo que le queda a Goitia son cinco magníficos años aplastados por un negro final. Y él lo sabe: "Estoy triste, pero será el destino. Me voy con la conciencia muy tranquila y el fútbol es un ciclo. Algunos acaban bien y otros mal. Por este club lo he dado todo y por todo lo que he hecho estoy muy tranquilo". Explicado queda.