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Liga BBVA | Málaga 1 - Betis 1

Luque el banderillero

Su golazo es media estocada para el Betis. El Málaga fue despedido con una gran ovación. Los de Nogués se juegan la salvación ante el Valladolid.

<b>REENCUENTROS. </b>Fernando jugó contra su ex equipo, el Betis. En la imagen va a por un balón que también buscó Juanito con Ricardo en el suelo.
REENCUENTROS. Fernando jugó contra su ex equipo, el Betis. En la imagen va a por un balón que también buscó Juanito con Ricardo en el suelo.

Málaga recibió al Betis al grito de "a Segunda". Ese es el precio que se paga por un año de indolencia y de poco respeto a una camiseta. Porque el Betis tampoco terminó de cerrar la permanencia en La Rosaleda, donde racaneó un punto de equipo pequeño porque acabó jugando con seis defensas y no aprovechó las debilidades finales del Málaga, que tenía que morir en el intento y lo hizo, porque buscó la victoria hasta el final con todo lo que tenía y al menos encontró el empate, un gol de bandera de Luque que tumbó a Melli y estampó la pelota en la portería de Ricardo. El gol es un puñal para el Betis, que jugará la última jornada bajo la amenaza del descenso, un justo premio a su desidia y su poco espíritu. Y le van a temblar las piernas, porque si ayer no supo cerrar un partido que ganaba 0-1 con el gol de Emergencias Edu y que pudo sentenciar con dos oportunidades de Sergio García, qué no le puede esperar en la última jornada, con un estadio gigante muerto de miedo. Para no pensarlo.

Porque el Betis tuvo el partido. Porque siempre que está en un apuro, al rescate aparece Edu. Como en Santander con aquellos dos goles salvadores. Como cada vez que el año pasado se vio apretado. Edu, al que todos los corrillos futbolísticos sitúan fuera del Betis, volvió a sacar de un apuro a su equipo al final de la primera parte, justo cuando más miedo tenía el beticismo, que había esperado a sus jugadores en el hotel NH para despedirles al grito de "Betis, Betis". Pues cuando la primera parte se consumía y Diego Camacho había marcado para el Sporting y Pandiani para Osasuna, cuando el peligro de descenso era real y crudo, Edu se sacó un zapatazo espectacular desde la frontal y señaló con los dedos al cielo. El salvador era él. El 0-1 tranquilizó al Betis, que es un fantasma. Juega sin intensidad y con poquísimo vigor. No es que no le importe, es que los vicios son imparables. El Málaga hizo mucho más que el Betis por adelantarse en la primera parte. Falló una cuádruple ocasión increíble. Eliseu remató dos veces a metro y medio de la portería contra el muñeco, Fernando, titular al fin, intentó una rabona como recurso y Apoño lo probó desde lejos. El acoso se cerró minutos después, cuando Lolo, carné sevillista, reventó el larguero. El Betis se agarró como pudo a un partido que quedó en manos de Edu, que hizo un golazo. Es difícil explicar que un equipo con Sergio García, Oliveira y Edu genere tan poco fútbol, pero al menos le queda la pegada. El 0-1 permitió que el Betis se metiese en el vestuario feliz, pero nada más cerrar la puerta le avisaron del peligro. Osasuna y Sporting.

Por eso el Betis salió incluso con más tensión en la segunda parte. Necesitaba apretar y complicarle la vida al Málaga. Tapia movió el equipo pero el Málaga jugó con estilo como todo el año. Sin embargo, se espesó en la segunda parte y Ricardo vivió tranquilo un buen rato. Claro que para hacer sufrir un poquito más al personal, Sergio García mandó un balón al palo y luego se estrelló con Arnau, que sacó una pierna milagrosa. Nogués no lo vio claro y metió a Rivas, otro central, más madera, para adelantar a Nelson. Toda una declaración de intenciones, porque quien se metió atrás fue el Betis, que tenía el partido para matarlo y jugó a equipo chico, con un temor ridículo. Más si en el otro equipo hay un torero. El gol de Luque, después de un quiebro dulce y un disparo terrorífico, con una izquierda que es un tesoro, no le valió al Málaga para seguir en la pelea por Europa. Luque cogió el capote para celebrar el gol, pero ayer su disfraz fue de banderillero, porque ayer su gol le hizo sangre al Betis, que tuvo una oportunidad final en un remate de Emaná. Pareció no querer ganar, pareció preferir sufrir. No ha sido Luque, ha sido el Betis el que se ha metido solo en el problema. Ahora depende tanto de sí mismo como el Valladolid. Lo del Betis fue para temblar, lo del Málaga, a un punto de la mejor puntuación de su historia, para aplaudir. Es una mala semana para ser jugador del Betis.