Alavés y Alicante, muy lejos de los 47 puntos

Con el Sevilla Atlético ya en Segunda B, las tres plazas restantes del descenso siguen en suspenso, aunque los candidatos a ocuparlas están muy claros. Quedan cinco jornadas (quince puntos) para terminar la temporada en Segunda y, como mínimo, habría que llegar a los 47 para lograr la permanencia. Con el Córdoba y Celta marcando el límite, Alavés y Alicante lo tienen muy difícil para seguir en la categoría de plata. Casi imposible.

Los albiazules viajan el domingo al Heliodoro, un campo casi inexpugnable en el que el Tenerife está cimentando el ascenso. Es poco probable que después, en cuatro partidos, sumara diez puntos. Y más hundido aún está el Alicante, en cuyo calendario aparecen Zaragoza y Hércules. En cuanto al Eibar, sólo un milagro podría salvarle y el domingo podría bajar ya de forma matemática.

El resto de implicados lo tienen fácil si no se despistan o se confían en exceso. Con un triunfo podría valerles para evitar el desastre. El Huesca lo tiene hecho, mientras que Las Palmas, Albacete y Murcia están a sólo tres puntos de respirar tranquilos. Un poco más abajo está el Girona, que con el cambio de entrenador busca dar el último paso hacia la permanencia.

Bajar es sinónimo de quiebra

Además del lógico desastre deportivo, un descenso a Segunda B significa la ruina económica. Si ya en Segunda muchos clubes pasas penalidades, bajar una categoría más puede llevar hasta a la desaparición. Entidades históricas como el Alavés, Celta o Albacete estarían abocados a la quiebra al dejar el fútbol profesional. Alguno puede pagarlo muy caro.