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Los lunes del Asador Donostiarra | Mandiá

"La pelea por el ascenso está siendo este año terrorífica"

Mandiá pasa revista a la ilusión colectiva que el histórico Hércules ha resucitado en Alicante con un proyecto que combina resultados con un fútbol que enamora, vibrante y de ataque. Un técnico joven que apunta a las cinco finales que conducen a Primera.

Damián González
Mandiá

No oculta Juan Carlos Mandiá Lorenzo (Alfoz, Lugo, 1967) el sano orgullo de sentirse impregnado de los valores futbolísticos que aprendió en las categorías inferiores del Real Madrid. Hablamos de un chico espigado al que Vico, un ojeador de la cantera, se trajo de Lugo a Madrid con sólo 14 años. Le había gustado su forma de entender el fútbol como central infantil de la selección gallega y quiso que lo examinara Luis Molowny en la vieja Ciudad Deportiva. Aprobó el examen, pasó cursos, y aunque luego tuvo un paso fugaz por el primer equipo, hizo carrera en Espanyol, Celta y Logroñés. Como técnico también creció en la cantera blanca, estuvo con Míchel, fue segundo en el Rayo, llevó al tristemente desaparecido Logroñés a un play off de ascenso a Segunda y subió a esta categoría al Hércules. Tras otro paso por el Castilla, fue llamado de nuevo por el club herculano para gestionar un proyecto sugerente, con muchísimo sentido común y con algunas aportaciones novedosas que merece la pena conocer al detalle:

"Confieso que me habían ofrecido seguir en la cantera del Madrid, pero la propuesta de los 'jefes' del Hércules (se refiere a Enrique Ortiz, el máximo accionista, al presidente Valentín Botella, y al vice Juan José Huerga) resultó muy tentadora. Me plantearon un proyecto a dos años en el que, además de entrenar, también tendría parte activa en las decisiones deportivas del club junto con Paquito, el director deportivo, un auténtico fenómeno. La idea era (está siendo) muy atractiva, pese a que la crisis económica también obligaba a recortar el presupuesto (unos seis millones de euros hemos manejado para el apartado de fichajes), aunque con la intención de sembrar la semilla, de crear la base de un equipo competitivo que intentara ascender el segundo año".

El éxito no es que haya sorprendido a la propia empresa, pero sí que Mandiá y todos los responsables del club han acelerado plazos en su primer año. Y eso pese a la enorme igualdad de una categoría exigente y con equipos de mucho peso:

El más realizador.

"La categoría es muy dura, terrorífica y con equipos que nos triplican y hasta multiplican por ocho nuestro presupuesto. Pero hemos estado ahí desde el comienzo y ahora no es momento de desfallecer. En la primera vuelta hicimos 33 puntos y acabamos terceros, y en esta segunda llevamos ya 34 a falta de cinco jornadas y estamos cuartos... La pelea por el ascenso es increíble y con equipos realmente buenos. Pero el Hércules transmite energía positiva por todos sus poros y eso ha calado en la ciudad, en el entorno del equipo, se ha resucitado la ilusión en la calle. El otro día contra el Tenerife, un gran rival y un partido que era vital para seguir con máximas aspiraciones que acabamos ganando por 3-1, hubo 26.000 personas en el Rico Pérez. Me recordó a la jornada que ya tuve la suerte de disfrutar años antes con el ascenso a Segunda y eso es un orgullo"

Fútbol de ataque, algo que circula por las neuronas de Mandiá como una sana, sanísima obsesión:

"Sí, somos ofensivos, yo no concibo otra manera de ganar que jugando al ataque. Esa es nuestra apuesta, es el estilo en el que creo y con el que estamos perfilando este proyecto entre todos. No especulamos, me gusta ir al ataque, no esperar, que mis delanteros le creen problemas a los defensas contrarios, y cuantas más veces mejor. De hecho, llevamos 69 goles y somos el equipo más realizador de la categoría y el que mejor diferencia tiene entre los tantos a favor y en contra (31). No se trata de hablar por hablar, esto va con uno, y por eso primero pensamos en el estilo, en el modelo a seguir, y a partir de ahí planteamos el mantenimiento en la plantilla de algunos jugadores que ya estaban en la convicción de que podían seguir siendo útiles, combinados con otros que llegaron de fuera. Siempre estaba luego pendiente el asunto de presupuesto recortado, pero si no podíamos fichar a alguno de la lista, nos íbamos a buscar a otro más barato en el mercado pero de condiciones futbolísticas similares".

Nombres propios.

Se le plantean a Mandiá algunos casos en los que hubo que tomar decisiones difíciles (Tote, Farinós...) y lo razona:

"Es cierto que cuando llegué me avisaron de que había algunos jugadores que se pensaba iba a ser difícil de convencer para el proyecto, sí, por ejemplo Tote. A mí Tote siempre me había parecido un jugador de muchísima calidad, pero se decía que era difícil de colocar en el campo y hasta de manejar fuera de él. Así que lo primero que hice fue irme a tomar un café con él, le hablé con claridad, le expuse lo que quería y si estaba dispuesto a implicarse en beneficio del equipo. Su respuesta fue afirmativa y la ha reafirmado toda la temporada de manera ejemplar, energía positiva, sí, energía positiva... y en varios puestos del ataque. Farinós también acababa contrato pero al examinar los vídeos de la temporada anterior confirmé que además de calidad, aportaba un gran corazón de futbolista, el de un competidor nato".

Y el proyecto siguió tomando cuerpo a partir de ahÍ:

"También nos quedamos con gente de peso como Sergio Fernández, el capitán ejemplar en cualquier equipo, un futbolista concentrado, serio, que aporta sello y personalidad en el vestuario. Y Rodri, César, Rubén Navarro... Y luego fuimos mirando a jugadores que podían entrar con un coste no excesivamente elevado, esa es la verdad. Así llegaron Abel Aguilar (Xerez), Tuni (Mallorca), recuperamos a Calatayud (Racing), Fernando Sales o Delibasic (Mallorca), un delantero puro, pero nada estático, todo lo contrario, muy móvil".

La nueva cultura.

Esta cultura futbolística se está poniendo de moda, a Dios gracias, y a entrenadores y equipos con nombre y apellidos que Mandiá introduce en la amenísima conversación en el Asador:

"El triunfo de España con Luis en la Eurocopa no sólo ha supuesto un punto de inflexión espectacular, sino que se logró con un estilo de juego que encandiló a todo el mundo, de los que crean escuela y legión de seguidores. Es lo que pasa con el Barça de Guardiola, o con la figura individual de Iniesta, un chico que además de jugar al fútbol como los ángeles transmite normalidad, naturalidad en todo lo que hace dentro y fuera del campo. Y por hablar de equipos extranjeros, de todos hay que aprender e intentar sumar. El Arsenal de Wenger es el que más fácil lo hace con pocos toques, el Manchester de Ferguson hace maniobrar a sus cuatro delanteros de una manera inteligentísima y muy difícil de parar por los defensas contrarias, y el Liverpool de Benítez es el más sobrio y organizado. Tampoco se trata de cerrarse en banda, sino de creer en algo e intentar ponerlo en práctica, aplicarlo en tus equipos y con los jugadores de que dispones. También creo que los partidos no se ganan con los once que salen de inicio, los partidos se ganan con catorce... Sí, me gusta analizar cada encuentro pensando en que puedo utilizar a catorce de mis futbolistas y, de hecho, hacia el minuto 60 casi siempre suelo meter dos cambios".

Tiene sangre de entrenador Mandiá, confiesa que siempre tuvo claro que lo suyo tenía que ser el banquillo.... por encima incluso de su trayectoria como futbolista:

"Estoy disfrutando ahora casi más que cuando jugaba, soy feliz preparando el trabajo de campo día a día, aplicándolo con los jugadores, siempre tuve clara mi vocación, sí. Incluso ya se lo 'advertía' a mi mujer, que es doctora en Biología, lo que nos obliga a estar uno en Alicante y ella y nuestros dos hijos en Madrid. Es un sacrificio inevitable".

Ha resuelto Juan Carlos ese asunto familiar con diálogo, como en todo lo que deja traslucir cada vez que expone cómo intenta convencer de sus ideas a sus jugadores:

"Hace poco leí que Obama dijo algo así como que 'me gusta hablar con mis amigos, pero más con mis enemigos porque te dan, te aportan, cosas distintas".

Y recita a la mayoría de entrenadores que le dirigieron a él, antes de agitar en su coctelera una mezcla de dos personajes (así les define) cuyas virtudes cree que combinarían a la perfección en una suerte de entrenador-tipo:

"Yo he tenido a Del Bosque, Clemente, Maguregui, Fleitas, Rojo, Novoa, Aimar (por cierto, el golpe que te daba en el pecho era duro, sí que daba fuerte, je, je). Pero siempre he pensado que la mezcla de las virtudes de Rijkaard con las de Mourinho, por contradictorio que parezca o quizá por eso mismo, funcionaría. De Rijkaard siempre me admiró su manera de relativizar las cosas, las sensaciones de tranquilidad que transmitía porque ante cualquier problema lo que hacía era pensar en la solución más fácil. Y Mourinho me parece el típico personaje ganador, con casta, de los que se van de frente a por el problema para solucionarlo también a su manera. En fin... También es curioso que piense a menudo que si las cosas fueran bien, a mí lo que me gustaría es entrenar a un equipo con el que pudiese levantar la Copa de Europa, claro, pero también al Athletic de Bilbao... Francamente, me seduce ese modelo que ha mantenido a lo largo de la historia, esa filosofía e implicación de todos con su estilo, con su manera de entender un equipo de fútbol".

Los rivales.

Volvemos al núcleo central del diálogo, a esa pelea por el ascenso. Mandiá valora la lucha de los cuatro rivales más directos, pero no descarta nadie:

"A ver, el Xerez ha tomado ya ventaja, supo darle la vuelta la temporada anterior a una situación difícil, la invirtió y está realizando una campaña magnífica. El Tenerife tiene un equipo con un ataque demoledor, Nino es un goleador extraordinario y Alfaro está cedido por el Sevilla y yo le veo para triunfar en el primer equipo. Del Zaragoza qué vamos a hablar, lo tiene todo, presupuesto, jugadores y un buen entrenador como Marcelino, y el Rayo ha sido la gran aparición pero no me extraña conociendo el trabajo de Pepe Mel. Pero es que la Real no cede, tampoco el Salamanca... Sí, es una Segunda terrorífica y la pelea por el ascenso, casi brutal".