AFE | Los jugadores, preocupados por la morosidad
Movilla: "Se van a superar los 47 millones de deuda"
La FEF debe 6.792.301 euros al sindicato de futbolistas
Gerardo González Movilla, presidente de la AFE, manifestó tras la asamblea que el sindicato de futbolistas celebró ayer en Madrid su convencimiento de que "se van a superar los 47 millones de euros denunciados la temporada anterior. De todos modos, espero que en Primera y Segunda al final no haya problemas. Lo realmente grave va a suceder en Segunda B, en donde hay plantillas que llevan hasta siete meses sin cobrar y en donde este año se puede alcanzar una cifra récord". Sobre esta cuestión Movilla recordó a la Federación Española de Fútbol que "cuando decidió asumir las competencias de esta división, también asumió las responsabilidades. No es algo que esté en el limbo. Espero que lo mismo que el año pasado se alcanzó un acuerdo con la LFP este año también se pueda hacer con la FEF". Se ha creado una comisión de jugadores para negociar con esta entidad una solución al conflicto.
La deuda de la FEF.
Según refleja la auditoría, la FEF tiene una deuda con la AFE de 6.792.301,81 euros, principalmente correspondiente a los partidos de la Selección que no se han liquidado, "sin que, por cuarto año -precisa el auditor- haya compromiso de pagos". Para Movilla, "lo mismo que cuando un club incumple y no paga, baja, ese principio debería cumplirlo también la FEF. Ya no hay excusas con las subvenciones. Es un dinero para los jugadores".
Sentencia crucial del Supremo
La sala de lo social del Tribunal Supremo ha reconocido la relación laboral profesional de un futbolista, Carlos Villarroya, con su club, el Ofijevi, cuando jugaba en este equipo en la Regional de Madrid. Esta sentencia tiene una máxima trascendencia tanto para el fútbol como para los demás deportes, ya que obliga al resto de jueces a reconocer la existencia de vínculo profesional entre club y deportista simplemente por el hecho de que haya una contraprestación económica por el desempeño de unas funciones, sin que ésta se pueda disfrazar con conceptos como dietas o primas. La prestación del servicio es independiente del nombre de la categoría.