Alavés y Eibar suman un punto que acerca a ambos a Segunda B

A estas alturas de la competición, sumar de uno en uno ya no es suficiente para los vitorianos. Lo tuvo todo a favor para haberlo conseguido. Jugó cincuenta minutos ante un equipo con diez, se adelantó en el marcador, pero una semana más la fragilidad defensiva terminó por condenarle a la suma de un punto estéril.

Para el Eibar, el empate tampoco supone un alivio y es prolongar la agonía que se va a consumar con el descenso en cuestión de una semana o dos. Consciente de lo mucho que le iba en el envite, el Alavés salió dispuesto a hacerse con el mando, ayudado por un Eibar que se dejaba manejar. De ese dominio lo único que sacaron los locales fue un posible penalti a Juanjo, precedido por un fuera de juego del ariete.

Con el paso de los minutos los dos equipos mostraron sus carencias. Decayó el empuje del Alavés que no encontraba la manera de elaborar fútbol y tampoco el Eibar enlazaba media docena de pases para inquietar a Bernardo. Un lejano zapatazo de Carlos Rubén, a la media hora, fue la primera ocasión del partido. Con Emilio y Garitano atados en corto, los vitorianos comenzaron a abusar del pelotazo. En el tramo final del primer tiempo se torcieron las cosas para el Eibar que perdió, por lesión, a Carlos Rubén y vio como Raúl García recibía la tarjeta roja directa, en el minuto 41, por una entrada a Cuevas.

Con un hombre más y las derrotas de sus rivales directos, el Alavés quiso reaccionar con la entrada de De Lucas. A pesar de estar con diez, el Eibar tuvo su ocasión con un disparo de Ballesteros. Hubo que esperar al minuto 55 para que Javi Guerra tuviera la mejor ocasión local con una chilena despejada por Zigor. El duelo pareció abrirse con una doble ocasión para los armeros que ni Alaña ni Aníbarro pudieron precisar. La media hora final fue de acoso del Alavés que, con más corazón que cabeza, supo aprovechar su superioridad abriendo el campo desde las bandas. Tuvo que ser de nuevo una jugada de estrategia la que rescatara al Alavés.

Albacar enganchó un zapatazo desde 35 metros que esquivó la barrera y se coló en la portería eibarresa. El gol y los tres puntos eran oro puro para un Alavés que veía la salvación a sólo dos puntos. Pero una semana más, no supo mantener su tesoro y ni contra diez fue capaz de conservar lo que tanto le había costado lograr. El enésimo error defensivo permitió rematar solo dentro del área a Biel Medina, que conectó un cabezazo perfecto a la escuadra de Bernardo.