GETAFE 3 - OSASUNA 0
El Getafe coge aire y pasa el testigo de los problemas a Osasuna
El Getafe consiguió una victoria balsámica ante Osasuna (3-0), con la que coge aire en su lucha por no descender a Segunda División, y que sirve a los madrileños para pasar el testigo de los problemas al conjunto navarro, nuevo dueño de la frontera de la salvación.
Los navarros ocupan el puesto que tenía el Getafe gracias al Sporting, incapaz de aprovechar los fallos de sus rivales. De momento, continúa a dos puntos del descenso. Y lo logró en un partido en el que dos estilos de juego se juntaron en el Coliseum Alfonso Pérez. Ambos son un reflejo del fútbol que desarrollaron sus entrenadores en su época de futbolistas. El Osasuna llegó al Coliseum con la "Quinta de los Machos", la del fútbol de casta y de empuje. El Getafe, tiene en Míchel a uno de los uno máximos exponentes de la "Quinta del Buitre", cuya identidad era el toque y el buen gusto.
Pero todo vale a estas alturas de la competición. Cualquier sistema puede funcionar en dos equipos con el descenso azotando el cogote durante casi toda la temporada. Los nervios no permiten asimilar tácticas que deben aprenderse de memoria en los meses de verano. Por eso, ambos equipos comenzaron el partido muy desatinados. El Getafe, abusando del balón; Osasuna, del patadón. Los navarros, además, intentaban parar el reloj. Un empate, parecía gustar a los rojillos.
Sin embargo, pese a los fallos de ambas escuadras, fue el Getafe el que se llevó el gato al agua. Suyas fueron las primeras ocasiones claras del duelo, gracias a un cabezazo de Roberto Soldado y a un disparo desde fuera del área de Javier Casquero (minuto 9). Después, un descanso de quince minutos marcados por el sopor, la desidia y la falta de emociones, que llegaron en forma de silbato. Fue Muñiz Fernández quien tuvo que animar el choque. El colegiado asturiano señaló un penalti dudoso cometido sobre Mario Álvarez, que fue agarrado por Miguel Flaño en un saque de falta. El jugador de Osasuna no mereció la expulsión. La pena máxima, como mínimo, era discutible. Esteban Granero agarró la pelota, se olvidó de Antolin Panenka, y marcó el primer tanto de la tarde.
Inexplicablemente, con el marcador a favor y con un jugador más, el Getafe se arremolinó alrededor de la portería defendida por el argentino Óscar Ustari. Osasuna cogió el timón durante quince minutos e incluso pudo marcar con un tiro de Walter Pandiani al travesaño. Esta temporada, los madrileños son los campeones de la complicación. Entre penaltis, errores de bulto y demás tonterías, siempre se complica la vida cuando tiene todo ganado.
Con el disparo al larguero del delantero uruguayo se acabó el primer acto, en el que los jugadores osasunistas se fueron cargados de tarjetas. Muñiz Fernández sacó hasta siete tarjetas desquiciando a los hombres de José Antonio Camacho, que se llevaron la peor parte con seis cartulinas. Para el Getafe también hubo. Granero vio una amarilla por "tirarse" dentro del área. Muñiz se equivocó de nuevo, fue penalti. En la reanudación, la lógica agarró el mando y el Getafe, con mucha ventaja, pronto se encontró con un regalo de Roberto, que no supo agarrar un disparo fácil de Granero. Con los madrileños lanzados, el nigeriano Ikechukwu Uche se encargó de marcar el tercero tras culminar una gran jugada personal. El Osasuna, ya estaba muerto. Quedaban 35 minutos por delante. En ellos, Muñiz Fernández volvió a robar protagonismo a los jugadores.
Primero, no vio otro penalti cometido por Josetxo, que tocó el balón con la mano dentro del área. Después, expulsó a Adrián González con una roja directa inexplicable. El jugador del Getafe, hijo de Míchel, que debutaba como titular con su equipo este año, tuvo que marcharse antes de tiempo a la caseta. Su papel fue discreto, y su salida del campo, injusta y muy triste.
Con la igualdad numérica el partido se acabó. Nadie tiró a puerta en 30 minutos. El aburrimiento se adueñó del ambiente y hasta el seleccionador nacional, Vicente del Bosque, presente en el palco, abandonó el partido a cinco minutos del final. Ni siquiera el "gol average" particular fue un acicate para intentar acercarse a las porterías. Con el 5-2 de la ida logrado por Osasuna, y el 3-0 del Coliseum, hay empate. Dentro de tres jornadas, los números generales dictarán sentencia si ambos están igualados a puntos. Osasuna lo tiene más difícil, jugará contra Sevilla, Barcelona y Real Madrid.