Valencia | Pablo Hernández
Su primer contrato che, en una servilleta
Pablo Hernández nace en Onda (Castellón), es educado e introvertido, de los que menos hablan en el vestuario, pero ha ido cogiendo confianza a lo largo del año y sus prestaciones en el campo se han disparado. Sale de la incombustible cantera che y su representante Mario Parri le llegó a pagar la mitad de su ficha porque el Valencia no le quería hacer un contrato profesional. Así cuando acaba su etapa como juvenil, el director de la escuela, Pep Claramunt, no lo quiere y lo cede al CD Onda, con Puchades como técnico. En Tercera División juega a las mil maravillas y tras esa campaña regresa al club. Ese gran año le abre los ojos a Claramunt y le firma su primer contrato en una servilleta, al más puro estilo Zidane. Pablo tiene una promesa que no ha cumplido aún. Le dijo a su agente que el día que tuviera el contrato profesional le regalaría un Ferrari, pero aún no lo ha hecho. Tras su paso por el filial, donde fue el máximo goleador, se marcha cedido al Cádiz (el Almería lo quería traspasado) y por último se va al Getafe en la operación Alexis. El Valencia lo repescó la pasada campaña y no se ha equivocado. Su ídolo siempre fue Joaquín. Ahora ambos luchan por un puesto y parece que el alumno supera en estos momentos al maestro.