Macua: "Tenemos armas para ganar al Barcelona"

El abogado Fernando García Macua (Bilbao, 1963) se parece poco a los presidentes al uso. No sólo le distingue la juventud, que podría. Ni siquiera le diferencia la cercanía, pues hay otros que también se acercan. Lo que más llama la atención de García Macua es la tranquilidad. A cinco días de la final de Copa y 24 años después la última disputada por el Athletic, el presidente mantiene las pulsaciones de Indurain.

Y no debe ser una pose. Macua carece de las canas que descubren los nervios y su cabellera, suficientemente larga como para peinar flequillo, es el único gesto de rebeldía que se le aprecia. Lo demás resulta clásicamente apacible.

La primera sorpresa aparece en el discurso. Macua es tan conciliador que deja de ser diplomático y sólo cuando fue preguntado por la Real Sociedad apartó la cortesía y sacó el león. "La competición pone a cada uno en su sitio, y no es nuevo que la Real esté en Segunda. En Bilbao nunca ha existido ninguna preocupación por lo que haga la Real. En ese sentido nos parecemos a lo que le sucede al Madrid, que es observado por muchos equipos. Me he divertido en los derbis contra la Real pero ahora me da exactamente igual que no haya derbi, no lo echo de menos".

La intervención de Macua giró en torno al modelo deportivo y la Copa, dos señas de identidad de un club al que Alfredo Relaño se refiere como "el viejo y querido Athletic". Antes, Pedro Ferrándiz presentó al invitado y deslizó una ironía: "Debo decir, desde la absoluta imparcialidad y la más estricta compostura, que si el Athletic gana al Barcelona me llevaré un alegrón".

Acto seguido, Macua aprovechó su exposición para, entre filosofías y propósitos, reivindicar el reconocimiento oficial del título de Copa de 1902, conseguido por el Vizcaya, embrión del Athletic, y cuyo recuerdo estará bordado en la camiseta de la final.

"Siento el orgullo legítimo de ser presidente de una institución con una larga historia, que cuenta con 24 títulos de Copa, si sumamos el que consiguió en 1902, cuando el 15 de mayo de ese año ganamos al Barcelona la Copa Coronación de Alfonso XIII, con arbitraje de uno de los hermanos Padrós, luego fundadores del Real Madrid. Somos uno de los equipos que participaron en la primera Liga, el tercero en el ránking de la historia del campeonato, vivero de internacionales y hemos mantenido una presencia constante en el fútbol español".

Reclamada la copa perdida, Macua recordó su desembarco en la presidencia en 2007: "Llegué después de una época convulsa, con dudas sobre el modelo, con dudas existenciales. Éramos gente que no estaba muy vinculada con el mundo del fútbol, aunque fuéramos aficionados desde niños. De hecho, yo pasé de mi localidad de socio al palco, que no había pisado nunca. Y me parece sano que así fuera".

El modelo deportivo, el empeño histórico por jugar con futbolistas de la tierra, fue un asunto esencial en la charla. "No diré si nuestro modelo es mejor o peor, simplemente es el nuestro y está tremendamente arraigado en nuestra gente. El modelo puede plantear dificultades competitivas, pero nos da una fortaleza que percibimos totalmente. Y es un modelo que puede pervivir en el futuro y con el que se puede competir con mucha dignidad. No nos sentimos anacrónicos y sí partícipes de un mundo globalizado. A quien piense que se trata de un sistema excluyente le invito a pasarse por Lezama y ver cuántos hijos de inmigrantes se han integrado en la cantera. Tenemos un modelo propio basado en el oxígeno que proporciona el tejido social en el que vivimos. Y sólo cambiará cuando haya un consenso social. Admito dificultades, pero las fortalezas nos compensan. Además, siempre digo que la cuestión no es el modelo, sino cómo gestionarlo. Dicho esto, no nos vendría mal que naciera un Messi en Begoña".

Macua es consciente de la trascendencia del Athletic, plagado de peñas por toda España: "Cuando estás gestionando un club de fútbol estás gestionando sentimientos, motivaciones que en algunos casos son irracionales. Por eso debes asumir la trascendencia emocional de tus actos. Y no olvidar, ahí radica de la dificultad de esta empresa, que esto es un juego y no basta con poner todos los recursos disponibles para conseguir los objetivos. Ahora bien, tenemos que aprovechar el momento para reverdecer el sentimiento del Athletic, no ya en Vizcaya, sino en el resto de España. En muchos sitios ser del Athletic se vive como una tradición familiar y queremos corresponder a eso".

Y la ocasión de corresponder se presenta el próximo miércoles 13, Nuestra Señora de Fátima, a las 22:00 horas: "Tenemos nuestras armas para ganar al Barcelona. Y estoy convencido de que alguna opción vamos a tener. Para lograrlo, tenemos que jugar por encima de nuestras posibilidades, aprovechar los desaciertos del rival, contar con una pizca de fortuna y con un árbitro a la altura. Por lo que hemos visto, al Barça le hace mella si le juegas con entrega. Y nosotros lo haremos".

La mención del árbitro puso en alerta a Tomás Roncero, que recordó Stamford Bridge y advirtió de otros peligros. Macua sonrió: "Los árbitros tienen un papel dificilísimo y hay que respetarlos. Nunca he percibido ninguna afinidad ni animadversión de los árbitros hacia el Athletic. Lo mejor que podemos hacer es hablar de ellos lo menos posible. No centraré el protagonismo en el árbitro, Medina Cantalejo en este caso, que pitará su último partido y lo hará muy bien".

Reto. El presidente del Athletic admite que el desafío es descomunal, pero no se arredra: "No sé si nos beneficia o no que el Barcelona se haya clasificado para la final de la Champions. Lo que sí sé es que en los últimos días el Barça ha jugado dos partidos muy distintos, contra el Madrid y frente al Chelsea... Somos once contra once y además influye la suerte Lo primero es creérnoslo y luego hay que poner todos los medios. No me gusta vender la piel del oso antes de cazarlo, pero la gabarra ya está lista para recibir a los jugadores el viernes 15 por si lo conseguimos...".

A las puertas de la final de Copa, Macua repartió así las responsabilidades: "Hemos pasado situaciones muy difíciles, pero estamos otra vez en una final. El mérito corresponde en un 50% a la afición y al equipo, que a su vez se divide el mérito entre los técnicos y los jugadores. Los que estamos al frente del club sólo hemos procurado estorbar lo menos posible".

"Si me preguntan por mi mejor fichaje diría que ha sido Joaquín Caparrós. Es un verdadero hombre de club que vive el fútbol de modo muy especial. Llegó en un momento difícil y necesitábamos un electro-shock. Ha encajado perfectamente y está muy pendiente de las categorías inferiores".

Si Caparrós es la clave, Fernando Llorente es la codiciada estrella del equipo: "Es un honor que lo sigan ojeadores de grandes clubes, pero el Athletic se limita a decir que nadie nos ha preguntado por él y que nuestra intención es no venderlo. Por otro lado, estoy orgulloso de que Llorente esté en la Selección, nos enorgullece y nos reafirma en la línea de trabajo. Me encantaría que todos fueran internacionales, como en los tiempos de los Juegos Olímpicos de Amberes...".

"Que la Selección juegue en San Mamés ya no es asunto del Athletic. San Mamés es viejo y no reúne ahora las condiciones y el nuevo estadio no nos pertenecerá a nosotros".

Cuando se habla de estadios, también surge el Bernabéu: "Hubiéramos estado encantados de jugar en sábado y en el Bernabéu, por el lucimiento del torneo y la capacidad del estadio. Yo apoyaría la idea de un sede fija, pero no quita para que en Valencia se vaya a vivir una fiesta de confraternización que será ejemplo para toda España".

El mensaje conciliador de García Macua también incluye al Madrid y a Madrid: "Lo respetamos muchísimo, somos compañeros de viaje desde que el fútbol existe en España. No me sonroja decir que sentimos respeto y cariño por el Madrid y creo que es un sentimiento recíproco. Respecto a la candidatura para el 2016 sólo puedo decir que Madrid es una ciudad que se vende por sí sola y creo que está absolutamente preparada para este reto".