Iniesta nos invita a Roma

Liga de Campeones | Chelsea 1 - Barcelona 1

Iniesta nos invita a Roma

Iniesta nos invita a Roma

Marcó el empate a los 93'. El Chelsea se adelantó con golazo de Essien. El árbitro birló tres penaltis a los ingleses. Abidal y Alves se pierden la final.

Bastaba un solo gol, y lo hicieron. En el único tiro entre los tres postes del tipo que juega con chichonera, 93 minutos después. Messi, que había pasado por Stamford Bridge sin dejar rastro, lo vio asomarse al área, cuando todo parecía perdido, en un último manotazo de ahogado. Como aquel de Kaiserslautern, en 1992, ¿se acuerda? Sí, el del gol de Bakero. Y ahí apareció don Andrés Iniesta, 170 centímetros de futbolista quieto, esperando ese momento, esa fracción de segundo, para sacar un derechazo con el exterior, imparable para el tipo de la chichonera. Iniesta invita a Roma, a la sexta final de la Copa de Europa que tendrá al Barça entre sus protagonistas. Se lo merece el menudo centrocampista, se lo merecen sus compañeros y se lo merece la propuesta futbolística del Barça, máximo goleador del torneo e invicto en todas las rondas eliminatorias.

También se lo merecía el Chelsea, que ayer fue superior pero topó con tres obstáculos: un árbitro que le birló tres penaltis (una falta de Alves a Malouda a los 25', un agarrón de Abidal a Drogba a los 56' y unas manos escandalosas de Piqué a los 82'), un Valdés decisivo y una noche desafortunada de Drogba en la definición, que le impidió coronar un partido notable en lo agonístico.

Había llegado mermado el Barça, y lo estará en la final, sin Alves ni Abidal, sancionados con tarjetas. Henry no pasó las pruebas, y ni siquiera estuvo en el banquillo. Ahí no tuvo dudas Guardiola: adelantó a Iniesta y le puso por detrás a Keita. En defensa, el asunto era más peliagudo: ausentes Márquez (lesionado) y Puyol (suspendido), había que decidir quién formaba el eje defensivo con Piqué. La lógica indicaba que fuera Cáceres: 16,5 millones de euros de gasto se supone que deben lucir en ocasiones como esta semifinal. Pero Pep decidió hacer una guardiolada, retrasó a Touré, majestuoso en el esfuerzo, y dejó el centro del terreno a Sergio, que no tuvo su noche.

En la primera llegada el Chelsea se puso por delante. Para entonces Malouda ya se comía como fish & chips a Alves, y en una jugada nacida por esa banda, tras un rebote en Touré, la pelota voló hasta la zurda de Essien, que la voleó con violencia y colocación, a la escuadra derecha de Valdés.

Al descanso se llegó con ese 1-0, pero el Chelsea tuvo más: un mano a mano forzado de Drogba ante Valdés (23'), el penalti de Alves a Malouda, un libre directo lateral de Drogba que Valdés mandó a córner y el remate de ese saque de esquina, un cabezazo de Terry, desviado.

No cambió la segunda mitad: el Chelsea amarrando atrás, el Barça intentando entrar por el medio (porque Alves e Iniesta no conseguían desbordar, y Messi arrancaba hacia adentro) y el reloj desbocado como un pura sangre. Las ocasiones volvieron a ser blue, Valdés salvó otras dos (ante Drogba y Lampard) y todo se iba por el sumidero, irremediablemente. Todos los caminos conducen a Roma, pero el del Barça estaba en vía muerta. Hasta que apareció Iniesta para sacarlo de ahí. Ahora espera el Manchester United, el día 27. El Barça sigue transitando su camino hacia la gloria.