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Liga BBVA | Deportivo 1 - Valladolid 0

La eficacia fue de Lassad

El francotunecino tumbó en el 7' al Valladolid. Los de Mendilibar siguen peleados con el gol. El Depor acecha la UEFA. Los pucelanos, dos puntos de 21.

<b>ACOSO SIN PREMIO. </b>El Valladolid buscó el gol en Riazor hasta el último minuto pero se fue de vacío de Riazor en un partido en el que fue mejor que el Deportivo.
ACOSO SIN PREMIO. El Valladolid buscó el gol en Riazor hasta el último minuto pero se fue de vacío de Riazor en un partido en el que fue mejor que el Deportivo.

El gol es la esencia del fútbol. El instante supremo de gloria individual tras un trabajo colectivo, y también lo que acaba por dar puntos. El Valladolid lo sabe muy bien porque lleva cinco partidos, 609 minutos consecutivos, sin celebrar uno. Es la peor racha en la historia de los pucelanos, que ayer dominaron al Depor, tocaron, llegaron, pero en la suerte suprema o bien fallaron o bien se encontraron con la inspiración de Aranzubía. Ogbeche, Canobbio y un Medunjanin que fue de más a menos, todavía deben de estar preguntándose cómo se han ido de vacío de Riazor; cómo pueden hacerse bien tantas cosas y fallar siempre en lo mismo. La respuesta, o más bien la otra cara de la moneda, está en Lassad y en un zurdazo que da tres puntos de oro al Depor, que cabalga con decisión hacia Europa.

Y es que al francotunecino le bastaron siete minutos para decidir un partido que hasta su final se llenó de uys, de paradas, de remates erróneos y de ocasiones perdidas. La jugada fue perfecta, con un buen centro de Guardado, una dejada sublime de Bodipo y la envidiada eficacia de Lassad. En un suspiro, la nueva apuesta de Lotina de jugar con dos delanteros dio su fruto. Pareja perfecta, con un atacante trabajador, molesto e incansable (Bodipo) y otro que pone la magia, imaginación, desborde y remate (Lassad).

El Valladolid no acusó el golpe y se puso a buscar el manjar prohibido del gol con fútbol y mil recursos. Primero los de Mendilibar buscaron las cosquillas a Aranzubía con disparos lejanos de Medunjanin, Borja y Canobbio, agua; luego los pucelanos intentaron exprimir su mejor arma, la estrategia, agua; finalmente buscaron la vía de la combinación hasta lograr que Ogbeche disfrutase de un mano a mano ante Aranzubía que ganó el riojano, agua. Por el camino, el Depor, sin apenas fútbol, tuvo otra de Lassad tras una falta de Sergio que no blocó bien el pretendido Asenjo; otra dejada de Bodipo que Pablo Álvarez envió a las nubes cuando lo fácil era acertar; y un cabezazo del sevillano después de un buen centro de Lassad. Tablas dirán... puede que el número sí, pero la sensación en el campo era que el dueño de Riazor era el visitante.

El descanso sirvió para poco, porque en cinco minutos el argumento del partido volvía a repetirse. Dominio del partido del Valladolid y reparto de ocasiones entre los contendientes. El primero en golpear fue Ogbeche, que cabeceó de forma magistral un buen centro de Pedro León. Sin embargo, el gafe con el gol del Valladolid se encontró con un vuelo sublime de Aranzubía, que con elegancia y efectividad desvió el testarazo del nigeriano a córner. Las bandas, sobre todo la izquierda con la pájara de Manuel Pablo y Pablo Álvarez eran del Valladolid; en la media reinaban Borja y Álvaro Rubio... pero el gol seguía siendo sólo propiedad de Lassad.

Verdú y el orgullo.

El gran problema del Deportivo era la posesión. Lotina ha llevado a este equipo a las puertas de Europa con la premisa de que el balón es un aliado, no un enemigo al que zarandear. Por ello, el de Meñaka decidió dar entrada a Verdú y romper la apuesta de los dos delanteros en busca del control del partido. El catalán no estuvo especialmente acertado, pero lo cierto es que el partido entró en tablas técnicas, en un sueño que le convenía a un Depor superado.

Con todo, Mendilibar no arrojó la toalla, y refrescó a los suyos desde el banquillo en busca del empate. Los últimos diez minutos, sobre todo gracias a la entrada de Óscar Sánchez, se convirtieron en un acoso absoluto de la portería de Aranzubía. El Valladolid sacó casta, orgullo, era como si quisiese decir ¡No estamos ya de vacaciones! ¡No hemos arrojado la toalla porque creamos que estamos salvados! Y Oldoni la tuvo en el último suspiro, pero el gol es un misterio que deberá esperar, al menos, hasta el siguiente partido en Zorrilla.

El último aliento del partido también fue para el inspirado Lassad, que tras una gran jugada fue cazado por Luis Prieto. Delgado Ferreiro, permisivo toda la tarde, sacó una roja fuera de lugar. Quizás quería su gol, quién sabe.

El detalle.

El Valladolid regresa a casa sin puntos y estableciendo el peor registro de su historia sin marcar un gol. Dicha marca databa de la temporada 93-94, cuando sumaron 609 minutos sin ver puerta. Después del partido de Riazor, los de Mendilibar llevan 609 minutos sin goles.