Un agujero en el camino

Liga Adelante | Real Zaragoza 1- Tenerife 1

Un agujero en el camino

Un agujero en el camino

alfonso reyes, javier belver y josé aniés

El Tenerife frenó al Zaragoza con fútbol. Gol legal anulado a Ewerthon. Nino empató el tanto de arranque de Ander. El ascenso se pone más caro

A estas alturas no queda otro remedio que considerar un empate en La Romareda como un paso atrás. Sobre todo si el rival es el Tenerife, equipo que salió de Zaragoza reforzado en varios aspectos: el primero su imagen, magnífica toda la tarde aun a pesar del golpe que le supuso el 1-0 al minuto de juego. El segundo tiene que ver con el Zaragoza: lo mantiene a raya, lo que significa una connotación peligrosa para el equipo de Marcelino. Si el Xerez se escapa de forma definitiva en su partido de hoy, y si el Tenerife mantiene la compostura, habrá dos plazas para el ascenso casi adjudicadas. Y al Zaragoza le quedaría disponible una sola, la tercera. Para jugársela con el Hércules y el Rayo Vallecano. Que perdió ayer sí, pero que está a tres puntos y con esa visita final como amenaza.

Marcelino subrayó el tanto anulado a Ewerthon. En su discurso, la razón discutió con la elegancia. La queja tenía base, pero la jugada no explica el partido. El choque penduleó de principio a fin, y de forma violenta al principio. El aguijonazo de Ander disparó el ánimo del Zaragoza pero también aceleró al Tenerife, que debió trabajar sobre la incómoda hipótesis de un partido que no empezaba con empate a cero. La combinación con la que Arizmendi puso en marcha la jugada, el recorte de Caffa para anular el frenético achique de Luna y el empujón de Ander a gol compusieron una jugada típica de un arranque fervoroso. El Zaragoza se ha ido definiendo como equipo impulsivo, que percute y se recoge, que golpea de forma asimétrica. Su constancia tiene que ver con el ritmo más que con el juego. Ha logrado paliar los efectos de la ciclotimia y por eso presenta un aspecto más compuesto a lo largo de los partidos, pero su falla básica sigue siendo el hilo de fútbol.

Golazo.

El Tenerife se recompuso de inmediato, como una modelo que tropieza en la pasarela y sigue desfilando con toda dignidad. Asumió la pelota y armó una ordenada reconquista, con Kome de buscavidas y un cuadrado de proporciones armoniosas: Mikel Alonso se quedó con el medio campo, Juanlu construyó desde el extrarradio, y la conexión entre Alfaro y Nino por dentro produjo fútbol. Ese trío inspiró el empate. Nació en un balón a media altura de Juanlu, que erosionó con su constancia a Pignol hasta que Marcelino lo relevó por Paredes. Vino el balón en vuelo mediano sobre el vértice derecho del área y trató de anticiparlo Pavón con una plancha, pero su esfuerzo terminó en planchazo. A su espalda estaba Nino. El goleador dibujó en el mismo segundo un control y el giro. Después largó una media volea al poste contrario que desarmó a Toni Doblas.

Nino hizo un golazo que resumía la idea del Tenerife. No lo habían conmovido ni el tanto de Ander, ni una llegada de Gabi que sacó con el pie Luis García, ni el cabezazo arqueado con el que Pavón midió la portería rival. Los dos equipos expusieron su naturaleza con la mayor sinceridad. Si el Tenerife trazó fútbol y no incurrió en la tentación de agruparse alrededor del empate, el Zaragoza le opuso pegada, virtud nada desdeñable, y una búsqueda inquebrantable. Llegó y llegó bien. Además el colegiado le quitó un gol a Ewerthon, que saldría en la segunda mitad, por un orsay falso. Remató Jorge López contra el poste y Ewerthon entró al rechace antes que nadie. La equivocación vino a suponer el único atisbo de injusticia en el marcador. Definitiva, claro. Pero el Tenerife reequilibró la balanza con la pelota.

Con el tiempo, el partido derivó hacia un fútbol de contenido más visceral, lo que agregó al choque el viraje emocional lógico en un duelo de aspirantes. Nadie dio un paso atrás. Marcelino puso a Ewerthon pronto por Ander. Dio la impresión de que le apetecía mucho ese cambio. También el de Pignol, que ya no se sabe para qué sale de titular si lo quita siempre en el arranque de la segunda parte. Oltra relevó a Juanlu y Mikel Alonso por Ángel y Óscar Pérez. Los dos contribuyeron de maravilla al entramado de juego. Aunque todo el mundo quiso ir adelante, el marcador ya no se movería para nada. Si los dos querían la victoria, ninguno la obtuvo. El resultado, eso sí, sabe mejor con unas gotas de mojo picón.osasuNA PRES bakayoko

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mucho colorido en la romareda

La afición del Real Zaragoza contestó a la llamada en un partido fundamental con una asistencia magnífica. No fue la mejor de la temporada, pero más de 26.000 aficionados dieron sensación de lleno. Alrededor de 600 eran del Tenerife, lo que todavía añadió más color y animación a una tribuna en la que destacó el homenaje inicial al capitán Luis Carlos Cuartero.