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LIGA BBVA | SPORTING 1 - ATHLETIC 1

Iraola, en el descuento, deja al Sporting herido en el descenso

El Sporting encajó un gol en el minuto 90 que le supuso el primer empate de la temporada y le impide salir de las posiciones de descenso, de las que estuvo fuera algunos minutos en un partido en el que a los locales no les sirvió de nada dominar casi todo el partido a un Athlétic que tuvo hoy demasiado premio al trabajo realizado.

<b>SPORTING 1 - ATHLETIC 1.</b> Iraola, con el tiempo cumplido, hace el empate y deja a los asturianos en puestos de descenso.
SPORTING 1 - ATHLETIC 1. Iraola, con el tiempo cumplido, hace el empate y deja a los asturianos en puestos de descenso.AS

La primera parte fue de dominio total del Sporting, pero la única oportunidad clara fue para los bilbaínos casi al borde del descanso, pero ni los locales ni visitantes inquietaron demasiado a los porteros y los primeros 45 minutos se pasaron en un quiero pero no puedo de los gijoneses y en un verlas venir de los vascos.

La movilización ciudadana llenó El Molinón y apoyó desde el calentamiento, pero de poco sirvió porque el equipo de Preciado se perdía en regates, individualismos y flojos remates mientras que el Athlétic vino a no gastar muchas energías y a perder todo el tiempo que le dejase el árbitro. La afición del Sporting se cebó con Llorente, al que le perdona algunas acciones en el partido de la primera vuelta y en la Copa del Rey, y cada balón que llegaba a sus dominios era respondido por una sonora pita, aumentada por las sucesivas caídas del delantero.

El propio Llorente y Barral tuvieron varios encontronazos de los que el rojiblanco se llevó la peor parte hasta el punto de que Caparrós decidió cambiarle a los 18 minutos con lo que su equipo perdió su referente en los balones largos de los que suelen sacar un gran rendimiento. Barral fue el primero en probar fortuna pero su disparo fue muy flojo y tampoco estuvo acertado un par de minutos después cuando mostró su lado individualista y se la volvió a jugar sin ver al resto de sus compañeros.

Sastre lanzó un potente disparo cruzado que Iraizoz no acertó a detener pero ningún sportinguista siguió la jugada que se perdió al igual que los disparos de Míchel o Diego Castro en un Sporting que lo intentaba pero no lograba superar la poblada defensa visitante. La mayor parte del tiempo se jugó en el medio campo bilbaíno con los de Caparrós intentando sorprender en algún contraataque o en una jugada a balón parado, pero Cuéllar tampoco pasó por apuros hasta que a unos segundos para el final José Ángel no acertó a despejar un balón que quedó franco para Toquero que disparó en inmejorable situación y obtuvo una buena respuesta del meta local.

El comienzo de la segunda fue pródigo en incidentes después de que Teixeira Vitienes mostrara tres tarjetas muy seguidas a los locales con lo que se ganó una prolongada bronca del público que culminó cuando el árbitro dejó sin señalar una mano de Amorebieta en el área. El escándalo se diluyó gracias a que Bilic, desmarcado de forma incomprensible dentro del área pequeña, remató de cabeza un centro medido de Diego Castro que supera a Iraizoz lo que cambió los silbidos en aplausos y revitalizó un encuentro que hasta ese momento estaba transcurriendo bastante anodino.

Al Athlétic le entraron las prisas y el Sporting fue el que empezó a perder tiempo y la primera medida fue la desaparición de los recogepelotas que hasta ese momento se habían mostrado muy diligentes en la entrega de los balones. El juego ganó en nerviosismo porque los bilbaínos trataron de mejorar su resultado y, aunque no creaban mucho peligro, si lo hacía con más asiduidad que hasta entonces porque también los locales recularon en defensa de un gol que les daba la vida.

Primero fue una mano de Cuéllar a disparo de Iraola la que evitó el empate, pero los vascos lo siguieron intentando en medio del nerviosismo local tanto en el campo como en las gradas. En una de las internadas visitantes llegó un nuevo mazazo para la afición local en un córner al que entraron al remate varios jugadores bilbaínos mientras la defensa sportinguista no estuvo atenta y, tras varios rechaces, Iraola mandó el balón al fondo de la red sin apenas tiempo para reaccionar.

La jugada fue muy protestada ya que el saque de esquina se produjo tras una posible falta del Athlétic lo que provocó otra monumental protesta que se acrecentó tras el pitido final cuando varios jugadores locales fueron a recriminar al árbitro varias de sus decisiones hasta el punto de que el delegado, Enrique Castro '' Quini'', se las vio y se las deseó para enviarlos a los vestuarios. El resultado supone un duro castigo para los gijoneses que sigue en posiciones de descenso aunque la derrota del Getafe en Mallorca le permite conservar esperanzas de mantenerse en la categoría.