Los mitos de la portería protegen a Gorka Iraizoz

Las finales, sobre todo las ganadas, se recuerdan la mayoría de las veces con el nombre de los goleadores. Pero hay una figura que con el tiempo también fluye en el recuerdo por su trascendencia a la hora de poder celebrar un título: el portero. Radio Bilbao reunió ayer a los tres últimos guardametas que se hicieron con el título de campeón. Y a su lado estuvo Gorka Iraizoz, el que quiere levantar la Copa el próximo 13 de mayo en Mestalla.

La charla fue apasionante entre cuatro profesionales que se admiran mutuamente. Iribar reconoció que "Carmelo fue mi maestro y cuando fiché por el Athletic me vino muy bien estar un año en blanco adaptándome a todo aquello, pero siempre aprendiendo de Carmelo".

Las piezas fueron hasta Iraizoz, feliz de estar sentado al lado de tantos cracks: "De pequeño, cuando era niño y jugaba en la calle me pedía ser Zubizarreta. He tenido la suerte de que el destino me ha permitido llegar hasta aquí".

Carmelo, Iribar y Zubizarreta hablaron a Iraizoz de lo que supone regresar a casa con un título de Copa bajo el brazo. Iribar lleva grabada en el corazón la película de una victoria. "Nosotros veníamos en autobús desde Madrid y en Atxuri nos montábamos en un camión para ir hasta el Ayuntamiento. Antes de llegar a Bilbao la gente se echaba a la calle para saludar. Y ya en la ciudad todo era igual. Subidos en el camión podíamos tocar con la mano a la gente que se agolpaba en las ventanas".

Ahora, para repetirlo, es obligado pasar por encima del Barça. "Si es un arbitraje tipo europeo, como el que tuvo el Barça ante el Chelsea, el Athletic puede tener más opciones", apuntó Zubizarreta. Por último, no pudieron pasar por alto la posibilidad de llegar a un desenlace a penaltis. Iraizoz no tiene miedo: "Si es para ganar, lo firmo". Iribar no se atrevió a ir tan lejos. Le duele la final perdida ante el Betis en 1977. Hubo que tirar 20 penaltis y él lanzó el último. Lo paró Esnaola. "Es mi peor recuerdo".