LIGA DE CAMPEONES | Barcelona 0 - Chelsea 0
El Chelsea agota al Barcelona
El Barcelona se estrelló contra el muro levantado por el Chelsea delante de Cech y no podrá contar para la vuelta con Puyol, por sanción, y con Márquez, lesionado. El portero checo fue el mejor de los ingleses, que renunciaron a jugar y obligaron a los azulgrana a efectuar un gran desgaste físico que no tuvo premio.
El Barcelona no sabe vivir sin el balón, el Chelsea no lo necesita. Por eso no fue complicado que se pusieran de acuerdo. El Barcelona tuvo la pelota y la iniciativa, mientras que el Chelsea montó su campamento en las inmediaciones de Cech, cerró los espacios y levantó un muro delante de su portería contra la que se estrellaron una y otra vez los azulgrana. Cada uno ofreció sus mejores argumentos y jugó como sabe o como puede, ataque contra defensa, y esta vez el físico frenó al fútbol. El Chelsea optó por reducir la eliminatoria a un partido y jugársela en la vuelta como si fuera una final. No le interesó la ida.
El juego dulce y tan brillante como efectivo del Barcelona contra ese "todos atrás y dios de 9", que cantan los argentinos Caballeros de la Quema. Con ese traje se vistió el Chelsea para actuar en el Camp Nou. Quizá porque no tiene otro en el armario. Un traje que incluía los tacos de las botas bien afilados. Como no podía discutir de fútbol con el Barcelona, el Chelsea prefirió el argumento de las patadas.
De inicio ya quedaron claras las intenciones de todos. El Barcelona tomó la iniciativa y el Chelsea se refugió en las inmediaciones de su área para buscar el contragolpe y las llegadas de los centrocampistas. El Barça dominó el balón, pero no controló la situación, quizá porque le faltó la frescura y la lucidez habituales en la circulación de la pelota. No se sentía cómodo, todo lo contrario que el Chelsea, más habituado a la pelea y al cuerpo a cuerpo que su rival.
Essien, Lampard y Malouda, convertido en la sombra de Messi, formaron la primera línea de contención. A sus espaldas, Ballack y Obi Mikel barrieron todo lo que llegó a su posición y detrás de ellos aparecieron los cuatro defensas, con Cech detrás. Y arriba, Drogba, que parecía de otro equipo, totalmente desconectado de sus compañeros. Estos jugaban a defender y el marfileño a atacar.
La falta de espacios y la incapacidad para encontrarlos acabó por incomodar al Barcelona, al que se le vio más impaciente que de costumbre. A Touré, Xavi e Iniesta les costó conectar con Messi, Henry y Etoo y cuando lo hicieron el balón regresaba a ellos porque no había opción de ir más allá. No existía verticalidad y los ataques del Barcelona acababan por diluirse en la zona de medios del Chelsea.
Etoo no apareció, Henry lo intentó sin éxito por la izquierda y a Messi, bien sujetado por Bosingwa y Malouda, ni se le vio en el primer tiempo. Dani Alves subía por la derecha y se daba la vuelta. La autopista por la que suele moverse estaba cerrada. Se fue a los vestuarios desesperado y muy nervioso.
Pero más desesperado aún se marchó Drogba, que malgastó la ocasión más clara de la noche. A poco más de cinco minutos para el descanso Márquez falló en una cesión a Valdés y dejó a Drogba solo ante el portero. El marfileño fue incapaz de batir por dos veces al guardameta en el mano a mano. Remató sin mirar, como pegan al balón los niños. Le faltó calma y sutileza.
El inicio de la segunda parte no trajo buenas noticias para el Barcelona. A los tres minutos Ballack avisó en un remate de cabeza y en la acción siguiente Alex dejó medio inconsciente a Henry, al golpearle en su cabeza en un balón dividido. Pero lo peor llegó a los seis minutos, cuando Márquez se lesionó en su rodilla izquierda y tuvo que dejar su puesto al capitán Puyol, convertido esta vez en suplente ocasional. Mala pinta tenía la lesión del mexicano, que se lastimó solo. Así es como se producen las peores lesiones. Se temió poco después por la integridad de Dani Alvés, al que Drogba pisó en el tobillo izquierdo.
Tanto golpe acabó por despertar al adormilado Barcelona. Bueno, a todos menos a Messi, que continuó ausente, anulado. Alves acarició el gol en un lanzamiento de falta y poco después Etoo no acertó a batir a Cech después de una bonita acción individual, que inició con un caño a Terry en campo abierto y prosiguió con un recorte en el área a Alex, al que mandó a comprar un refresco. Le faltó definir, no tuvo acierto en la suerte suprema.
Lo siguió intentando el Barcelona, que buscó de forma constante pero con impotencia el gol que nunca llegó. Reclamó un penalti, que no pareció, sobre Henry y Bojan, sustituto de Etoo, falló ya en el tiempo añadido una ocasión inmejorable. Estaba solo en el área pequeña y cabeceó por encima del larguero. Como solo estuvo después frente a Cech el bielorruso Hleb, incapaz también de superar al inspiradísimo checo. Definitivamente, no era la noche del Barcelona, que perdió para la vuelta a Puyol. Deberá cumplir sanción después de ver una amarilla por derribar a Ballack.
Del Chelsea no hubo demasiadas noticias en ataque. Su maniobra más arriesgada fue dar entrada a Belletti por Lampard y, ya con el choque casi cerrado, a Anelka por Ballack.