Si miran de reojo a la mayoría de equipos de Primera podrán comprobar que muchos jugadores, de los llamados importantes, han nacido en Andalucía. Y no es casualidad que en la tierra de Blas Infante salgan futbolistas buenos casi dándole una patada a una piedra. Uno de esos cracks es Jurado y ayer lo demostró en Huelva. No se entiende cómo no sirve para el Atlético cuando en el Mallorca se basta por sí solo para meter en un lío a los rivales. Esta vez le tocó sufrirlo al Recre, equipo también andaluz que ya mira de reojo al descenso. O gana cuatro de cinco partidos o su sueño se esfumará, pero visto lo visto... Todo lo contrario que el Mallorca, que llega a la ansiada cifra de 42 puntos mucho antes de lo esperado. Y si no, miren cómo estaban los baleares hace apenas unos meses.
El partido tenía unos tintes dramáticos para los locales, que se jugaban la vida y su futuro tras salir apaleados, como dijo Camuñas, del temible Tourmalet. Eso sí, esta vez no influyó en el resultado el colegiado Velasco Carballo, aunque parecía dispuesto a montar otro jaleo. Quizás le ayudó Jurado a no ser protagonista y también el tembleque de la defensa onubense. En un cuarto de hora el Mallorca ya respiraba tranquilo con un 0-2 gracias al acierto del gaditano y de Arango. Un palo muy duro para el Recre.
Alcaraz lo veía todo negro y en la primera mitad no encontró cómo hincarle el diente al entramado dispuesto por Manzano. Fue tras la reanudación cuando un error entre Aouate y Nunes permitió a Sisi acortar distancias. Huelva creía en la proeza, sobre todo con el guerrero Ersen Martin como estilete. Pero no. La locura esta vez perjudicó a los locales, que no pudieron frenar a Jurado. Otra asistencia a Castro y partido sentenciado.
Aunque si hay algo en favor de este Recre es su lucha por no perder el ánimo hasta el final. Lo demuestra semana tras semana, sobre todo porque los resultados suelen ser contrarios. A un lado queda su nefasto juego a balón parado y para muestra, un botón: 17 córners y ni un remate. No es casualidad que sea el único equipo de Primera sin ver puerta en estrategia. El Mallorca no temía por el marcador hasta que Camuñas batió a Aouate a falta diez minutos.
La autoexpulsión de Castro aumentó el drama del partido, porque el Recre creyó en un imposible. Eso fue, un imposible. Keita se inventó una jugada espectacular ante la que Riesgo poco pudo hacer. La grada no dejó solo a los suyos, aunque ahora sí es realista. El descenso está a la vuelta de la esquina si los resultados no acompañan en las próximas jornadas. Para empezar a soñar, final en el Reyno de Navarra. O el Recre gana o se irá a Segunda. El Mallorca, en cambio, ya tiene hecho su trabajo. Con Jurado de estrella.
