Zigic - Tchité: un ataque a prueba de bombas

Ni el cuerpo atlético de Perea, ni la altura de Pablo ni mucho menos la cara desencajada de Ujfalusi van a asustar esta noche a Zigic y a Tchité, los dos delanteros del Racing. La razón hay que buscarla en la adolescencia de ambos. Una dura etapa en la que si algo mamaron fue la valentía. No era para menos.

Tchité (25 años según él), con nacionalidad de Ruanda, Burundi, Congo y Bélgica comenzó a dar sus primeras patadas en mitad de la sangrienta batalla entre tutsis y hutus (800.000 asesinatos). Un sufrimiento que Memé no quiere recordar. Su implicación en la barbarie pudo ser mayor de lo que se puede imaginar. Menos mal que sus goles lo trajeron a Europa vía Anderlecht y tanta alegría ya le da, incluso, para pasarse las tardes enteras jugando en la Play a juegos bélicos en su casa de Parbayón.

Lo de Zigic es igual de trágico o peor. Aunque el serbio ya ha aprendido a exteriorizarlo. Vivió dos conflictos en Serbia, pero sobre todo el final de la guerra con la intervención de la OTAN en 1999: "Cuando iban a bombardear Novi Sad o Belgrado, los aviones pasaban por encima de mi casa, en Backa Topola. Fueron 90 días sin dormir. No había luz ni agua. Fue muy duro y eso te endurece mucho. Yo estaba en la mili en esa época y me pudo tocar ir a la guerra".