NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Liga BBVA | Trigesimoprimera jornada

Multifútbol

Barcelona y Real Madrid siguen dejando rivales por el camino, justo al pie de una etapa reina que enfrentarán ya desde este miércoles los azulgrana. Llega al Camp Nou el Sevilla, amenazada su Champions por una derrota en Mestalla. Por abajo siguen sufriendo el Recre y el Numancia y sueña el Espanyol tras derrotar al Racing.

Banega.
carlos martínez

La Champions no puede quedarse sin Silva

Medio continente se rifa a Silva aprovechando ese tiempo de rebajas en el que las deudas y la galopante crisis económica han sumido al Valencia. Llegan a Mestalla cantos de sirena de la Juventus, del Liverpool, del Milán, del Madrid... mientras David, un señor, se ata al palo mayor de la fidelidad con estas declaraciones: "Quiero jugar la Champions el año que viene... con el Valencia". Camino va: anoche, otro partidazo del canario acercó un trozo más de máxima competición continental para los valencianistas, cada vez más próximos del objetivo tras su cuarta victoria seguida. Con el Valencia o con quien sea: la Champions no merece quedarse sin la magia de Silva.

Stojkovic, el portero de Yashin y Gordon Banks

Lev Yashin, único Balón de Oro que ha hecho carrera bajo los tres palos: "El portero que no se desespera con cada gol que encaja no merece ponerse los guantes". Gordon Banks, mejor meta en la historia de Inglaterra: "Me gustan los porteros grandes y con suerte. La estatura hace la mitad de cada parada; la suerte, la otra mitad". En dos partidos, Stojkovic ha demostrado cumplir al dedillo con estos requisitos de los maestros Banks y Yashin. El serbio gritó de rabia por el único tanto que ha recibido en su estreno getafense, todo un debut con picadores, Sevilla y Barcelona. Lo marcó Messi y fue de rebote, porque el disparo lo desvió Cortés. Stojkovic mide 1,96 (¿gigante o no?), envergadura fundamental en muchas de sus paradas, y donde no llegó su cuerpazo llegó la madera: cuatro palos, cuatro, le han ayudado en estos dos partidos. La suerte también se pone de su lado.

Negredo aprende la lección Santillana

Doblete a Osasuna de Negredo, el delantero más decisivo de toda Europa. Álvaro ha marcado 19 de los 38 goles de su equipo, la mitad de los tantos de ese Almería que casi alcanzó ayer la orilla de la salvación. Gracias también a Hugo, claro, que además de imbuirle al equipo un espíritu ganador está terminando de instruir a su alumno más aventajado, un ariete con las mismas coordenadas vitales que el Manito: gran goleador y próximo (una cláusula hay que no se debe malgastar) madridista. Ayer, Álvaro demostró que ha aprendido la lección Santillana: de cómo auparse a los cielos y rematar a la escuadra ese 2-1, que vale tanto oro.

Tyson Madrid

Este Madrid de Juande funciona como un boxeador con guante de hierro y un centro de gravedad bajo: dificilísimo de tumbar, apenas necesita un golpe para dejar KO a sus adversarios. Gago y Lass, pareja preferida en el centro para el técnico manchego, andan más pendientes de vigilar la raya horizontal, pero son capaces de soltar el brazo, es decir, de pegar un pase letal como el que el argentino le dio a Marcelo para el gol de la victoria madridista en Huelva. Fernando y Lassana: últimos defensores de la defensa y primeros atacantes del ataque. Y la Liga sigue viva, como un asalto hacia el título entre luchadores inapelables, que dejan rivales en el camino hasta ese combate del Bernabéu, que quizá resulte decisivo: el esbelto Barça, Mohamed Ali, contra el rocoso Madrid, más parecido a Tyson.

El personaje: Banega

El invierno en que el Valencia pagó 20 millones a Boca Juniors, se le paró el reloj a Ever Banega. El centrocampista tenía 19 años y apenas unos cuantos partidos en la Primera División argentina, pero Mestalla decidió asignarle una misión y una presión hercúlea, más de futbolista consagrado que de promesa incipiente: equilibrar el centro del campo y rescatar del abismo a aquel equipo de Koeman, en plena y pura putrefacción. Ever fracasó, por supuesto. Cedido al Atlético, club devorador de buenos jugadores, Banega no había corrido hasta el sábado mucha mejor suerte que la que tuvo a orillas del Turia. Algún partido digno, varios pases de genio... En fin, uno de esos jugadores más dignos de pasear que de competir, con tanta calidad como dosis de indolencia. Pero el tiempo se comporta de manera subjetiva, casi como una persona, y dispone de su propio corazón. El gol de Banega al Numancia no sólo permite que el Atlético mantenga aún esperanzas de alcanzar la Champions. También se espera que ponga en hora al argentino, que arranque de nuevo su carrera hacia el estrellato, ésa que detuvieron en seco aquellos 20 milllones de euros.