Apoteósico recibimiento al equipo en Los Rodeos

El fin de semana gigante del Tenerife culminó ayer con un apoteósico recibimiento a los jugadores en su regreso a la Isla. En el aeropuerto de Los Rodeos coincidieron por la tarde todos aquellos aficionados que acompañaron al equipo hasta San Sebastián con los que se quedaron en la Isla y siguieron por televisión la gesta colosal de Anoeta. Juntos, ayer, agradecieron a los futbolistas su partidazo de San Sebastián y que hayan devuelto la ilusión a una parroquia sedienta de éxitos tras una larga etapa de sinsabores y decepciones. "Será el año del Tenerife", pronostica Miguel Concepción, y todo apunta a que su profecía vaya a cumplirse. El ambiente festivo que dieron a la jornada los cientos de seguidores del representativo es el mismo de las más grandes ocasiones de la historia del tinerfeñismo. Tal es así que se asemejan las imágenes de ayer con las de la celebración del último triunfo en el derbi, con la llegada al Reina Sofía del equipo que ascendió a Primera en Leganés, o con los recibimientos multitudinarios a los héroes de la UEFA en la dorada década de los noventa.

La euforia vuelve a transitar por las calles de Tenerife al calor de los triunfos de su equipo, si bien de puertas adentro siga habiendo prudencia. Es cautela lo que se desprende del discurso que emiten los jerarcas del vestuario, ahí donde existe la convicción absoluta de que no hay tiempo para solemnidades, sino sólo para el trabajo. No permite licencias la cercanía del derbi, partido sin parangón y que cubrirá de bullicio la semana de su disputa, el sábado, en el reencuentro del equipo con las gradas del Rodríguez López.

La inminencia del clásico, sin embargo, no impidió ayer que el desplazamiento de regreso de la expedición blanquiazul se convirtiera en otra demostración de la inquebrantable comunión entre afición y equipo. Si nada tuerce la alcista trayectoria del conjunto de José Luis Oltra, no hay motivos para pensar que vaya a cambiar la costumbre de que cada uno de los viajes a la Península sean todos una fiesta. Tal cual sucedió en el trayecto de ida, los acompañantes de los futbolistas a San Sebastián hicieron del vuelo un homenaje más a sus ídolos. "A Primera", fue otra vez el grito de guerra.

Sea como fuere, la satisfacción resulta más grande por las sensaciones que por los números. No hay mácula en los del equipo del Heliodoro, invicto en los últimos 14 partidos de liga, pero ni siquiera una racha tan alargada de resultados sin derrota ha permitido a los de Oltra despegarse de sus perseguidores. Siguen siendo tres los puntos de renta con el cuarto clasificado, ahora el Hércules, y se avecina otro miura, el Zaragoza. Aún así, sugiere el entrenador blanquiazul que son los rivales los que sentirán "rabia" por que siga tan sólido el Tenerife, y no al revés. Nadie desde que le ganó el Xerez ha sido capaz de superarle.