Fabián Ayala, el Justiciero

Liga Adelante | Real Zaragoza 1 - Nàstic 0

Fabián Ayala, el Justiciero

Fabián Ayala, el Justiciero

Implacable atrás, cabeceó el gol del triunfo El 1-0 premió al Zaragoza El árbitro hizo un desastre y enfadó a todos Erró en dos goles y algún penalti

Entre el Zaragoza, el Nàstic y la terna arbitral no compusieron un partido de fútbol, sino una crónica de sucesos. Ocurrieron muchas cosas y casi ninguna edificante, salvo el cabezazo patricio de Ayala, que desanudó del lado del Zaragoza el enredo en que el colegiado había convertido el encuentro. El Nàstic tuvo presencia en la primera mitad y todas sus posibilidades las resumieron el duelo que N'Gal mantuvo con Toni Doblas, que no se dejó golear. Esa fue la mitad inicial del triunfo del Zaragoza. La segunda y definitiva la hizo Ayala a la salida de un córner. Para entonces el Nàstic había rendido los territorios, pero Rubén Pérez se negaba a entregar la portería. En su ejercicio de resistencia le ayudaron el palo, los defensas, el juez y sus alguaciles. Esos tres disparaban para cualquier lado.

Marcelino y César Ferrando se discutieron primero por el concepto de cortes y luego por el árbitro, un cizañero consumado. Si lo haría mal Pérez Montero que todos se sintieron agraviados. De un lado clamaron por el gol espectral de Pavón, un fuera de juego demencial que negó otro de Caffa y un par de vice penaltis que vaya a saber. Del contrario, el tibio castigo a la dureza de Ayala, un penalti por mano y otro de Ponzio a N'Gal. El rollo de alegaciones daría para varias páginas. El de los goles se acabó en una: lo firmó Ayala, el Justiciero. Marcelino y Ferrando tampoco se pondrían de acuerdo sobre el significado de tal sobrenombre.

La segunda mitad se ordenó en dirección a la portería del Nàstic, que inició una retirada prematura que conspiraba a favor del gol final. En oposición a ese pasaje, la primera había constituido una celebración de la contingencia y el exceso, lo que permitió un divertido vaivén. A pesar del afán de Ponzio, guardián de territorios intermedios, el Nàstic ganó terreno con la pelota y se metió en casa de Toni Doblas por la puerta que le abrió la defensa local. Primero Ayala cruzó una pierna destemplada que le dio al Nàstic una falta estupenda. Luego Pavón le regaló a N'Gal una pelota que obligó al portero a hacerse el héroe. Más tarde, frente a una jugada de arte y ensayo de los catalanes, evitó el gol con su poderosa mandíbula. La verdad, ¿dónde estuvo Toni D. toda nuestra vida?

Dominio.

Los errores de un fondo, eso sí, los compensaba la permisividad del otro. El Nàstic se comportó con mucho aseo con el balón pero perdió estatura sin él. Ander le encontró el dobladillo y, hasta que le duró el cuerpo, se la pasó montando sociedades fantasma, de esas que se evaporan en un segundo. Ander nació en Bilbao, lo amamantaron en Vigo y ha crecido en Zaragoza, de modo que sabe vivir entre líneas. De sus negociaciones llegaron un par de balones zurdos de Caffa que Jorge López casi pone en la jaula. Gabi invadió el área por asalto y Zapater también probó fortuna, pero su intencionado tiro libre lo bajó Rubén Pérez del altillo de la escuadra.

Ese empeño ofensivo se multiplicó tras el descanso. Con el Nàstic cada vez más arrugado, el asunto del gol local tomó el aspecto de una cuenta atrás. Hubo un remate al palo, otro de López que sacó Mairata con sus propios huesos y la batería de cabezazos de Pavón y Ayala que anunciaban el desenlace. El central argentino anda modelando una apariencia imperativa de caudillo para tiempos de incertidumbre: el cabello desaforado y la vincha que le aclara la frente componen un modelo criollo con posibilidades inspiradoras. Así, Ayala se parece más a Ayala. E incluso cabecea como Ayala: es decir, igual que cabecearía un martillo si las herramientas jugaran al fútbol. El gol del argentino mantiene a su equipo en la desesperante persecución del ascenso. A falta de otras virtudes, el Zaragoza se ha forjado en un equipo de aliento largo. Si bien no tiene grandes ideas, al menos le sobra convicción. Y otro valor debido a la naturaleza del hombre obsesivo: Marcelino conoce las debilidades del rival. Por ejemplo: al Nàstic no le gustan los balones aéreos que vienen de pelota parada. Mala suerte, porque a Ayala son esos precisamente los que le encantan.

El detalle: Tenerife y Rayo vencieron... y el zaragoza sigue fuera de ascenso

Una semana más su triunfo no sirve al Real Zaragoza para entrar en la zona de ascenso a Primera, porque dos de sus predecesores en la clasificación ya vencieron ayer. El Tenerife remontó en Anoeta (1-2), suma 62 puntos y ha dormido líder, a la espera de que el Xerez (60) visite hoy al Alavés. Por su parte, el Rayo goleó (4-1) al Celta en Vallecas y, con 59 puntos, mantiene uno de ventaja sobre el Zaragoza (58), que durmió en cuarta posición a la espera de que el Hércules (56) reciba hoy al Girona.