Machos con el agua al cuello

Estandartes de una etapa brillante del Madrid, Hugo Sánchez y Camacho llevan vidas, si no paralelas, semejantes. Ambos fueron futbolistas enormes, cada uno en lo suyo, ganadores natos. Con las botas colgadas, buscaron hacer carrera en los banquillos. Han sido seleccionadores de México y España respectivamente. Y ahora se ven inmersos en una realidad parecida. Cogieron barcos a la deriva (más Camacho que Hugo) y les han lavado la cara. Sin embargo, con esa mejoría no les basta a falta de ocho jornadas para sentirse a salvo. Almería y Osasuna viven pendientes de la calculadora. Y saben que el que gane no se lleva tres puntos, sino seis.

Hay una cosa en la que aún no han coincidido estos dos componentes de la Quinta de los Machos. Dice Camacho que Hugo entrenará al Madrid algún día. El murciano huyó de allí dos veces. Para merecer eso, Hugo tendrá que demostrar cosas con el Almería antes. Sus buenas palabras y sus sensaciones futbolísticas necesitan el refrendo de la salvación.

Camacho, cuyos orígenes no están demasiado lejos de Almería, ha perdido a la conexión iraní. Pero no se queja. No quiere perder un segundo en cosas que no puede cambiar. Porque ha sufrido mucho para reconducir a este Osasuna que se hundía y ahora es uno de los equipos con mejor salud de todos los que pelean por no descender. Quizá porque los navarros saben moverse mejor en aguas turbulentas. Gestionan mejor la presión. Habrá que ver si el Almería, equipo hecho para vivir cómodo, sabe hacerlo.