Banega se auto-invita a la fiesta de las Peñas

Otra fiesta en el Calderón pero esta vez con final feliz. Porque hoy el Atlético sí que consiguió salir airoso de una celebración en su estadio. Doce años después, los rojiblancos vencieron en el Día de las Peñas a un Numancia (3-0) bien organizado atrás pero destrozado en los últimos minutos tras la entrada de Banega, que les deja en puestos de Liga de Campeones, a expensas de lo que hagan mañana el Valencia y el Villarrreal.

Tras el fiasco del Día del Niño hace dos semanas ante Osasuna, el estadio del Atlético de Madrid volvió a vestirse de gala para buscar la reconciliación definitiva entre equipo y grada con el Día de las Peñas. Pero no nos engañemos. Esta festividad en el Manzanares es sinónimo de fiasco. El año pasado, los de Aguirre celebraron junto a ellos una de esas fiestas con final movidito. Al grito de "Aguirre vete ya", la fiesta puso su punto y final con una derrota ante el Betis por 1-3, alejándoles de la plaza de Champions de League.

La historia de hoy era bien parecida. Tras el triunfo reconfortante ante el Deportivo de la Coruña en la jornada pasada, los de Abel tenían la oportunidad perfecta de mantener intactas las opciones de participar la próxima temporada en la máxima competición continental y regalar a las más de 350 peñas un triunfo vital. Enfrente, un Numancia apurado, a cinco puntos de la salvación, pero sin conocer la derrota en las tres últimas fechas.

Los doce años sin conocer el sabor de la victoria en el Día de las Peñas, no hizo que los locales salieran enrabietados a por el encuentro, pero sí dominando el cuero en todas las partes del campo, mientras que los sorianos saltaron con los deberes hechos. Bien formado atrás, sin dejar ningún espacio y con las líneas juntas, sabiendo que la defensa colchonera les regalaría por lo menos alguna ocasión. No dio tiempo a que los jugadores del Numancia se impacientaran en oler el área rival porque a los trece minutos de juego, la zaga rojiblanca les dio el gusto con la primera ocasión clara con un mano a mano que Goiria no supo definir ante la salida de Leo Franco.

Antes, los madrileños también tuvieron la suya pero Maxi Rodríguez, que hoy cumplía 100 partidos en el club, llegó forzado a un pase de Raúl García y el cuero lo estrelló en el lateral de la portería de Juan Pablo. El Atlético se pasó la primera mitad sobando la pelota, buscando la llave correcta para desbloquear la cerradura que los numantinos plantaron en el césped del Calderón pero sin apurar el motor rojiblanco. Y aunque se lo propusieran, era improbable que lo pasaran de vueltas mientras que no haya un jugador capaz de poner un punto más de descaro a la hora de dar profundidad al esférico.

Pero los de Abel se han acostumbrado a esa forma de vida y, aún así, se fueron al descanso con dos claras oportunidades para abrir la lata. La primera vino tras una falta botada por Simao en el flanco izquierdo y Maxi, con el muslo, dejó el balón en las manos del meta soriano. Más clara fue la de Agüero, que con el portero ya batido, no consiguió superar a un Ortega que se deslizó sobre el césped para acallar a los aficionados que ya cantaban el tanto del Kun.

Banega rompe el cerrojo numantino

La defensa numantina seguía triunfando en el estadio Vicente Calderón pero ya se sabe cómo suelen acabar los equipos aspirantes al punto. Cincuenta segundos fueron suficientes para que los sorianos se percataran de la peligrosidad de su táctica, tras un cabezazo de Agüero que salió rozando el travesaño del Numancia. Sin embargo fue Abel el que aireó primero el banco con la entrada de Banega por Raúl García a los 55 de juego para fisurar la zaga del Numancia. Y vaya si lo hizo porque en tan sólo siete minutos, el argentino quebró la cintura de Ortega y, dentro del área, fusiló al meta del Numancia.

Partido nuevo para los visitantes y Pacheta debía revolucionar a su equipo para recuperar ese punto con el que contaba hasta la entrada del argentino. De hecho, habría optado a la consecución de no ser por un error de Undiano Mallenco al no dar por válido un gol de cabeza de Barkero en el 68. La entrada de Brit y del menudo Quero no dio al Numancia la explosividad deseada y el Atlético, lejos de acomodarse con el 1-0, seguía buscando la puntilla final y así, mimar a una grada necesitada de cariño.

Las buenas intenciones sí tuvieron esta vez su premio y los asistentes tuvieron desde el minuto 79 la oportunidad de celebrar el Dia de la Peñas junto a sus jugadores, gracias a Forlán, que aprovechó un pase raso de Simao y coló el balón en la portería del Numancia y cerró el partido con su vigesimoprimer tanto en la competición doméstica. Todavía dio tiempo al tercero de los locales gracias a un tiro lejano de Simao, desviado por la pierna de un defensor del Numancia. Partido perfecto para el Atlético, que regala el triunfo a las peñas, se reconcilia con la afición y, sobre todo, se consigue el objetivo primordial. El cuarto puesto que les permite dormir en posiciones de Champions League, a la espera de lo que hagan mañana Valencia y Villarreal.